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Cuarto Domingo de Pascua

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Domingo 11 de Mayo, 2025

 

CUARTO DOMINGO DE PASCUA

 

Los llamó por su nombre

 

La voz del Pastor

 

Nota:   1.Recuerden que hoy es la Jornada Mundial por las Vocaciones. Lo que se dice de Jesús es también aplicable a los pastores que ocupan su lugar. No que ellos sean Jesús mismo: Son solamente humildes signos de Jesús, que, por su vida y por sus obras, deberían mostrar al pueblo el camino hacia él. 2. Los que intenten tener una celebración especial por las vocaciones, este día o durante la semana siguiente, vean, por favor, el Sacramentario y Leccionario para textos para misas por las vocaciones.

 

Saludo (Ver la Segunda Lectura)

El Cordero en el trono será nuestro pastor

y nos conducirá a manantiales de agua viva.

Dios enjugará todas las lágrimas de nuestros ojos.

Que este Cordero de Dios, Jesús nuestro Señor,

esté siempre con ustedes.

 

Introducción

Los llamó por su nombre

Es muy tranquilizador saber que nuestro guía o líder de nuestra comunidad nos conoce personalmente y nos llama por nuestro nombre. Ello nos hace pensar o decir: Él me conoce y yo lo conozco a él. Esto exige una confianza, lealtad y amor más profundos. En el Domingo del Buen Pastor Jesús mismo nos recuerda cómo nos conoce personalmente. Al mismo tiempo, el hecho de que también nosotros lo conozcamos a él, al menos un poco, cambia nuestra vida entera; porque conociéndole a él, conocemos a Dios. Experimentamos en él la bondad, el cuidado y la presencia íntima de Dios en la vida de cada día. Ojalá nosotros también pudiéramos estar cerca los unos de los otros, y los pastores de Jesús pudieran estar cercanos a su pueblo.

La voz del Pastor

¿Quiénes son los pastores en quienes el pueblo confía y a quienes el pueblo escucha? Como por instinto, la gente se entrega confiadamente a sacerdotes que no se predican a sí mismos sino al Señor Jesús y a su Buena Noticia, el Evangelio. Escuchan y confían en sacerdotes que los conocen y que también sacan su tiempo para escucharlos, para asomarse a sus problemas y esperanzas; porque en ellos reconocen algo de Jesús, el Buen Pastor y modelo de todos los pastores. Unámonos a Jesús, nuestro Buen Pastor, en su acción de gracias al Padre.

 

Acto Penitencial

“Las ovejas que me pertenecen escuchan mi voz”,

dice Jesús, nuestro Buen Pastor.

Y nosotros… ¿lo hemos escuchado y seguido?

Examinémonos ante el Señor.

                          (Pausa)

Señor Jesús, tú nos conoces y nos llamas

a cada uno por nuestro nombre.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, tú nos aseguras

que no permitirás que nos perdamos,

o que nunca nos abandonarás.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, el Padre nos confió a ti

y tú nos das vida que durará para siempre.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Ten misericordia de nosotros, Señor,

y nunca permitas que el pecado nos separe de ti.

Perdónanos, haz que te sigamos hasta el final,

y llévanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Oremos para que sepamos reconocer

y amar verdaderamente a Jesús, el Señor.

                         (Pausa)

Oh Dios y Padre nuestro amoroso:

Tú nos has permitido experimentar

cuánto te preocupas por nosotros,

dándonos a Jesús como nuestro Buen Pastor.

Él nos conoce bien, ya que nos lleva en su corazón.

Haz que seamos siempre íntimos suyos,

para que nosotros también lo reconozcamos a él como Buen Pastor,

oigamos su voz, y lo sigamos sin reserva.

Que, conforme a su amor,

nuestra preocupación y cuidado se desborden

en favor de los hermanos que tú has puesto en nuestro camino.

Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Hechos 13,14.43-52: Nos dedicaremos a los gentiles

La Buena Noticia de Jesús tenía que anunciarse primero a los judíos, pero no podía quedarse solo en ellos porque está destinada para todos. El conflicto de Pablo y Bernabé con los judíos da ocasión para predicar el Evangelio a los paganos.

Pablo y sus compañeros continuaron desde Perge hasta Antioquía de Pisidia, y entrando un sábado en la sinagoga, tomaron asiento. 43Al disolverse la asamblea, muchos judíos y prosélitos devotos acompañaron a Pablo y Bernabé, quienes les hablaban e invitaban a mantenerse en el favor de Dios. 44El sábado siguiente casi toda la población se congregó para escuchar la Palabra de Dios. 45Pero los judíos, al ver la multitud, se llenaron de envidia y contradecían con insultos las palabras de Pablo. 46Entonces Pablo y Bernabé hablaron con toda franqueza: A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios. Pero, ya que la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos… 48Los paganos al oírlo se alegraron, glorificaron la Palabra de Dios y los que estaban destinados a la vida eterna, abrazaron la fe. 49Y así la Palabra de Dios se difundió por toda la región. 50Pero los judíos incitaron a mujeres piadosas de clase alta y a los notables de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de sus fronteras. 51Ellos, sacudieron el polvo de sus pies en señal de protesta contra aquella gente y se marcharon a Iconio. 52Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

 

Salmo 100: El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

 R. (3c) El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.
Alabemos a Dios todos los hombres,
sirvamos al Señor con alegría
y con júbilo entremos en su templo.
R. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.
Reconozcamos que el Señor es Dios,
que él fue quien nos hizo y somos suyos,
que somos su pueblo y su rebaño.
R. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo,
Porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba.
R. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

 

Segunda Lectura: Apocalipsis 7,9.14b-17: El Cordero será su pastor

Gentes de toda raza, pueblo y cultura seguirán al Cordero como a su Pastor, quien los guiará a la vida eterna.

Después vi una multitud enorme, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua: estaban delante del trono y del Cordero, vestidos con túnicas blancas y con palmas en la mano. 14Uno de los ancianos se dirigió a mí y me dijo: Éstos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. 15Por eso están ante el trono de Dios, le dan culto día y noche en su templo, y el que se sienta en el trono habita entre ellos. 16No pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el calor los molestará, 17porque el Cordero que está en el trono los apacentará y los guiará a fuentes de agua viva. Y Dios secará las lágrimas de sus ojos.

 

Evangelio:Juan 10,27-30: Doy la vida a mis ovejas

Jesús es nuestro Buen Pastor. Él nos conoce personalmente y nos conduce a la plenitud de la vida.

En aquel tiempo dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; 28yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano. 29Mi Padre que me las ha dado es más que todos y nadie puede arrancar nada de las manos de mi Padre. 30El Padre y yo somos uno.

 

Oración de los Fieles

Roguemos a Jesús, Cordero de Dios y Pastor nuestro, que conduzca a todos los hombres a los manantiales de la vida diciendo: R/ Cordero y Pastor nuestro, únenos en un solo rebaño.

  • Señor, tú llamas a una muchedumbre inmensa de cada raza, lengua y nación para que sepan oír tu voz, aceptarte desde la fe y seguirte fielmente. Por eso te pedimos.
  • Señor, son pocos los que te reconocen. Que ninguno de ellos se pierda; y guárdalos siempre fieles a ti. Por eso te pedimos.
  • Señor, muchos de tus seguidores están todavía sufriendo persecuciones. Que, a pesar de ello, continúen sirviéndote día y noche, y estén unidos a ti en sus pruebas y dificultades. Por eso te pedimos.
  • Señor, demasiada gente padece hambre, y muchos tienen sed de justicia y verdad. Que la tierra produzca su fruto y tu pueblo trabaje por la justicia, la verdad y la paz. Por eso te pedimos.
  • Señor, mira la miseria de los que sufren. Enjuga todas las lágrimas de sus ojos, y llévales la alegría de tu mor y también la de nuestro amor. Por eso te pedimos.
  • Señor, mira la riqueza de corazón de muchos que están deseosos de servirte a ti y a tu Pueblo en ministerios de amor y de servicio. Llámalos al sacerdocio y a la vida religiosa y misionera, para que conduzcan a tu Pueblo como buenos pastores. Por eso te pedimos.

 

Señor Jesús, llámanos por nuestro nombre y unifícanos como tu único Pueblo, pues tú eres nuestro Pastor y Señor por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Padre nuestro,

que te preocupas por nosotros:

Tú preparas para nosotros el Pan de Vida

y nos ofreces la copa de alegría

de Jesús, Hijo tuyo y Pastor nuestro.

Que él nos haga cada vez más tu Pueblo fiel;

y que nos ayude a proclamar

por lo que somos y lo que hacemos

que su mensaje de vida y alegría

está destinado para todos

en cualquier parte del mundo,

porque él es nuestro Señor y Salvador

por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Te damos gracias, Padre nuestro, por darnos a tu propio Hijo Jesús como nuestro guía y Pastor. Así como él se ofreció a sí mismo por nosotros, así también queremos nosotros ofrecernos con él para que otros vivan y sean felices.

 

Invitación al Padre Nuestro

El Padre ha puesto a Jesús

como Buen Pastor para nuestro cuidado.

Con él recitamos nuestra oración de confianza filial:

R/ Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor,

de nuestras facciones y de nuestra división,

y reúnenos a todos juntos

bajo el liderazgo de Jesús, nuestro Buen Pastor.

Que podamos participar en la paz

de su amor bondadoso y reconciliador;

y guárdanos de toda ansiedad,

porque estamos seguros

de que él nos llevará a la fuente de agua viva,

ya que él es nuestro Buen Pastor

y nuestro Salvador, Jesucristo.

R/ Tuyo es el Reino…

 

Invitación a la Comunión

Éste es Jesucristo,

el Cordero de Dios sentado en el trono,

que nos conduce a los manantiales de vida,

para que nunca más tengamos de nuevo hambre o sed.

Dichosos nosotros,

invitados a la mesa de nuestro Buen Pastor y Señor.

 

Oración después de la Comunión

Padre de bondad:

Hemos escuchado la voz de tu Hijo

que nos ha hablado aquí en esta eucaristía.

Danos la gracia de seguir perteneciendo a él, a su rebaño,

y de seguirle a dondequiera que él nos lleve.

Que ni el miedo ni la tentación engañosa nos venzan

y nos secuestren lejos de tu Amor.

Así como él se nos ha dado como Pan de Vida,

que nosotros también nos demos los unos a los otros.

Que nuestro Buen Pastor nos lleve

a los verdes pastos de tu alegría eterna.

Concédenoslo por medio de Jesucristo,

Hijo tuyo y Señor nuestro,

que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: En esta celebración eucarística Cristo ha estado con nosotros como nuestro Buen Pastor. Que él esté también con nosotros en nuestra vida y nos guíe por medio de su Santo Espíritu. Que también nos haga pastores, los unos de los otros: que, como hermanos, nos preocupemos unos de otros, nos animemos y apoyemos mutuamente; y que así lleguemos a ser para el mundo un signo del Amor fiel y bondadoso de Dios. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

 

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