Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Quinto Domingo de Pascua

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Domingo 18 de Mayo, 2025

 

QUINTO DOMINGO DE PASCUA

 

El amor es creativo

 

“Miren cómo se aman”

 

Saludo (Ver Segunda Lectura)

Dios vive en medio de su Pueblo.

Planta su tienda entre nosotros

en su Hijo Jesucristo.

Que éste sea nuestro Emanuel,

nuestro “Dios-con-nosotros”,

y que esté siempre con ustedes.

 

Introducción

El amor es creativo

Con frecuencia nos sorprendemos por las cosas que nuestros seres queridos nos regalan o hacen por nosotros. Nos asombra lo creativo que puede ser el amor. Miremos a Dios, origen de todo amor; él determinó que su propio Hijo se hiciera uno de nosotros. ¡Jesús nos deja asombrados por su amor a los pecadores, a los puestos al margen de la vida, a los que sufren! Entrega su vida por nosotros. Y es precisamente ese amor, inventivo y creador, el que constituye el núcleo de nuestra fe y de nuestra vida. Si tuviéramos aunque solo fuera un poquito de esa clase de amor, podríamos renovarnos totalmente a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Es este amor inventivo y renovador el que Jesús viene a compartir con nosotros en esta eucaristía.

 

“Miren cómo se aman”

Si les pidieran a ustedes definir lo más típico y característico de nuestra comunidad cristiana, ¿podría decirse de nosotros, como de los primeros cristianos, “Miren cómo se aman unos a otros”? De acuerdo con nuestro Señor, la señal característica de sus discípulos debería ser que nos amemos unos a otros como él nos ha amado. Reunidos como estamos aquí para el banquete eucarístico del Señor, banquete de Amor, pidámosle que nos ayude a amarnos unos a otros como él nos amó.

 

Acto Penitencial

Dios nos ha amado mucho más

de lo que nos podemos imaginar.

Pero ¿en qué medida hemos respondido a su amor?

¿En qué medida también hemos respondido al amor de los hermanos?

Examinémonos ante el Señor.

             (Pausa)

Señor Jesús, con tu amor

viniste a renovar este nuestro mundo, decrépito y enfermo.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, tú encomendaste a la Iglesia y al mundo

 el Mandamiento del Amor

como tu testamento y como el corazón de tu mensaje.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tú nos propusiste tu Amor

como modelo y medida de nuestro amor entre nosotros.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Ten misericordia de nosotros, Señor,

y perdona nuestros pecados.

Renuévanos con tu Amor

y llévanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Oremos para que nuestro amor reciba su fuerza

del Amor de Dios.

               (Pausa)

Oh Dios, Padre amoroso:
Tú hiciste que tomáramos conciencia

de la profundidad de tu Amor

cuando tu propio Hijo Jesús

entregó su vida por nosotros.

Él nos pide que nos amemos unos a otros

como él nos amó, sin medida y hasta el fin.

Y, sin embargo, nuestro amor

permanece frágil y voluble;

siempre se nos queda corto.

Danos, Padre bondadoso, un poco de tu mismo Amor;

que sea un amor confiable y duradero como el tuyo,

siempre respetuoso de los demás,

siempre inventivo y nuevo;

y que se arranque de sí mismo

para alcanzar a los hermanos,

especialmente a los pobres y a los no amados.

Te lo pedimos

en nombre de Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Hechos 14,21b-27: Contaron lo que Dios había hecho

Pablo y Bernabé habían sufrido y se habían esforzado mucho para fundar nuevas comunidades cristianas y para animar a los fieles. Sin embargo, reconocían que fue Dios quien hizo todo ese buen trabajo por medio de ellos.

Después de anunciar la Buena Noticia en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, 22donde animaron a los discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que tenían que atravesar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. 23En cada comunidad nombraban ancianos y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor en quien habían creído. 24Después atravesaron Pisidia, llegaron a Panfilia, 25predicaron el mensaje en Perge, bajaron a Atalía 26y desde allí navegaron a Antioquía, desde donde habían partido encomendados a la gracia de Dios para realizar la obra que ahora habían acabado. 27Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que Dios había hecho por su medio y cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe.

 

Salmo 145: Bendeciré al Señor eternamente

R. (cf. 1) Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y generoso para perdonar.
Bueno es el Señor para con todos
y su amor se extiende a todas sus creaturas
. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
Y den a conocer tus maravillas
. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
Que muestren a los hombres tus proezas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre,
y tu imperio, por todas las generaciones.
R.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.

 

Segunda Lectura: Apocalipsis 21,1-5a: Dios enjugará sus lágrimas

Desde que Jesús resucitó, un mundo nuevo ha comenzado a tomar forma entre los hombres con la presencia de Dios entre nosotros por medio del mismo Cristo Resucitado. Juan nos proporciona una visión esperanzada de este nuevo mundo en ciernes.

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, el mar ya no existe. 2Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, bajando del cielo, de Dios, preparada como novia que se arregla para el novio. 3Oí una voz potente que salía del trono: Mira la morada de Dios entre los hombres: habitará con ellos; ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. 4Les secará las lágrimas de los ojos. Ya no habrá muerte ni pena ni llanto ni dolor. Todo lo antiguo ha pasado. 5El que estaba sentado en el trono dijo: Mira, yo hago nuevas todas las cosas.

 

Evangeli: Juan 13,31-33a.34-35: Ámense unos a otros

En la Última Cena, Jesús lega a sus discípulos el Mandamiento del Amor como su última voluntad, su testamento. Este amor es la clave para un mundo nuevo.

Cuando Judas salió, dijo Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre y Dios ha sido glorificado por él. 32Si Dios ha sido glorificado por él, también Dios lo glorificará por sí, y lo hará pronto. 33Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. 34Les doy un mandamiento nuevo, que se amen unos a otros como yo los he amado: ámense así unos a otros. 35En eso conocerán todos que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros.

 

Oración de los Fieles

Jesús nos está recordando hoy que el amor es la ley fundamental del cristianismo.  Pidamos a Dios nuestro Padre que el amor no sea entre nosotros una palabra vacía y sin sentido, diciendo: R/ Señor, haznos uno en tu Amor.

  • Por la Iglesia, Pueblo de Dios, para que, con la fuerza de nuestro compromiso y entrega, seamos una voz y una fuerza que promueva eficazmente la justicia y el amor entre los hombres y entre los pueblos, roguemos al Señor.
  • Por las Iglesias que buscan, un poco a oscuras, la unidad, para que un día compartan juntas el único Pan de la eucaristía de nuestro único Señor Jesucristo, roguemos al Señor.
  • Por los científicos y economistas del mundo entero. Para que, con sus inventos y esfuerzos, promuevan el bienestar, la calidad de vida y la libertad y dignidad humana para todos, roguemos al Señor.
  • Por todos los hombres de buena voluntad. Para que construyamos juntos una sociedad basada en la justicia y en el amor, donde no haya lugar para discriminación alguna, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros aquí reunidos. Para que formemos una comunidad de servicio, amor y esperanza, abierta a todas las necesidades y justas aspiraciones de nuestros hermanos, roguemos al Señor.

Oh Dios de esperanza, en ti confiamos. Haznos nuevos; renueva nuestras vidas y nuestro mundo por medio de aquel que es tu presencia visible y encarnada entre nosotros, Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios de esperanza, siempre fiel:

¡Cómo querríamos

que el pan que vamos a comer en esta eucaristía

fuera pan de paz y bienestar para todos!

Pero para muchos es todavía pan duro

de lágrimas e injusticia…

¡Cómo querríamos que la copa que vamos a beber

fuera copa de unidad y de alegría!

Pero con frecuencia es todavía para muchos

copa amarga de desigualdad,

discriminación y tristeza…

Que este pan y este vino que te presentamos sobre el altar

se conviertan para nosotros en tu Hijo Jesucristo,

alimento y bebida divinos

que nos den fuerza para construir, todos juntos,

un mundo mejor,

pues él es nuestro Dios y Señor

por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Llenos de alegría, demos gracias al Padre, porque una nueva vida y un mundo nuevo comenzaron para nosotros el día en que Cristo resucitó de entre los muertos.

 

Invitación al Padre Nuestro

Con Jesús, que vive entre nosotros,

roguemos a nuestro Padre del cielo

para que la plenitud de su Reino

llegue a ser una realidad entre nosotros.

R/ Padre nuestro…

 

Saludo de paz

Señor Jesucristo:

Tú dijiste a tus apóstoles:

“Mi paz les dejo, mi paz les doy”.

No tengas en cuenta nuestros pecados

sino la fe y el amor de tu Iglesia santa,

y danos siempre la paz que procede del compartir y de la unidad

y de trabajar juntos para construir tu Reino de justicia y amor,

en el que tú vives con nosotros

por los siglos de los siglos.

 

Invitación a la Comunión

Éste es Jesucristo, el Señor,

que nos recuerda hoy a sus discípulos:

Ámense como yo les he amado.

Dichosos nosotros,

invitados a comer este Pan de Vida y Amor.

 

Oración después de la Comunión

Oh Padre amoroso:

La eucaristía que hemos compartido

es para nosotros el signo y la prueba

de que podemos aprender a amarnos unos a otros

como Jesús nos amó: sin medida y hasta el fin.

Gracias por el Amor que nos has mostrado.

Que nuestro amor dé testimonio

de todo el amor que hemos recibido de ti,

para que nuestros esfuerzos

por difundir tu justicia y alegría

lleve a los hermanos a reconocerte

como el único Dios verdadero,

y a acoger y aceptar gozosamente

a quien tú nos has enviado,

Jesucristo, nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: En esta celebración eucarística nos hemos sentido unidos como una comunidad de fe, esperanza y amor. Ahora retornamos a nuestras respectivas tareas y trabajos. Permanezcamos unidos y tomemos muy a pecho el mandamiento del amor de Jesús, el Señor. Esforcémonos por amarnos unos a otros como él nos amó. Ésta es la verdadera clave para construir un mundo nuevo. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

 

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