Domingo 12 de Junio
SANTÍSIMA TRINIDAD
Experimentar a Dios en el corazón
Nuestra relación con Dios
Saludo (Ver Segunda Lectura)
La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos ustedes.
Introducción del Celebrante (Dos opciones)
En esta celebración de la Santísima Trinidad, quizás nos preguntemos cómo y en qué medida podemos entender a este único Dios con tres rostros, la Trinidad. Nuestra mente humana es demasiado pequeña para abarcar este gran misterio. Pero la Biblia, ya en el Antiguo Testamento, nos muestra que la sabiduría no es mero conocimiento sino el arte de la vida, comprendiendo con el corazón al reflexionar sobre nuestra experiencia vital. Y esa experiencia nos dice: Dios es Amor, y viene a nosotros de muchas maneras, con preocupación y cuidado paternal y maternal, con perdón y con la vida que nos trajo Jesús, con valor y alegría, esperanza y luz derramadas sobre nosotros por el Espíritu Santo. Que ojalá profundicemos en esta experiencia durante esta eucaristía.
Los teólogos intentan profundizar en nuestro entendimiento de Dios. Esa es su tarea, y Dios los bendice por ello. Sin embargo, nuestro mayor interés es probablemente respondernos qué significa Dios para nuestra vida cristiana. ¿Qué, o mejor, quién es Dios para mí? ¿Cómo me relaciono con Dios? Se nos dice constantemente que Dios nos ama y nos perdona. ¿Cómo reconozco yo ese amor? ¿Cómo respondo a él? ¿Cómo afecta ese amor a mis relaciones con los hermanos? Que Dios nos ilumine en esta fiesta de la Trinidad y nos acerque más a él.
Acto Penitencial
Dios comparte generosamente su vida con nosotros.
¿Cómo hemos respondido nosotros a su oferta?
Examinémonos ante el Señor.
(Pausa)
Señor Jesús, tú nos has revelado
un Padre que nos ama
con mayor ternura que una madre,
que nunca retira su compasión y confianza.
Por medio de ti, ¡toda alabanza al Padre!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tú te hiciste uno de nosotros
para buscar lo que estaba perdido,
y tú entregaste tu vida por nosotros:
¡Toda alabanza a ti por tu bondad!
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú derramas sobre nosotros
el Espíritu refrescante, inventivo y creador.
¡Toda alabanza a ti por el Espíritu!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor;
perdona nuestros pecados;
acepta nuestra acción de gracias
por toda la bondad
que tú nos has permitido experimentar.
Y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Que el Espíritu Santo ore en nuestros corazones
a nuestro Dios de vida y amor.
(Pausa)
Oh Dios nuestro uno y trino:
Tú quisiste ser una comunión de Tres Personas
en un único Amor;
tú te hiciste uno de nosotros en Jesús, tu Hijo,
y así podernos atraer hacia ese Amor.
Danos la gracia de responder a tu bondad
por medio del Espíritu derramado en nuestros corazones.
Cólmanos de alegría y de admiración por ti,
e inspíranos a amar a nuestros hermanos y hermanas,
a compartir con ellos y a ser uno con ellos,
porque tú nos has amado primero
en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Primera Lectura (Prov 8,22-31): Sabiduría creadora de Dios
En el Antiguo Testamento, Dios deja a su Palabra de sabiduría hablar como una persona que lleva a cabo el plan de Dios. La Palabra viva de Dios se hace humana en Jesucristo. Él ayudará a la gente a vivir conforme el sabio plan de su providencia.
La Sabiduría fue engendrada desde el principio
El Señor me creó como primera de sus tareas, antes de sus obras; 23desde antiguo, desde siempre fui formada, desde el principio, antes del origen de la tierra; 24no había océanos cuando fui engendrada, no había manantiales ni ríos; 25todavía no estaban encajados los montes, antes de las montañas fui engendrada; 26no había hecho la tierra y los campos ni los primeros terrones del mundo. 27Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la superficie del océano, 28cuando sujetaba las nubes en la altura y reprimía las fuentes abismales, 29cuando imponía su límite al mar, para que las aguas no traspasaran sus orillas; cuando asentaba los cimientos de la tierra, 30yo estaba junto a él, como confidente, yo estaba disfrutando cada día, jugando todo el tiempo en su presencia, 31jugando con el mundo creado, disfrutando con los hombres.
Salmo 8: Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Segunda Lectura (Rom 5,1-5): La Santísima Trinidad en la vida de los cristianos
Jesús, Sabiduría de Dios, nos ha introducido en el mundo de perdón y de gracia del Padre. El Espíritu Santo de Amor nos da el poder para amar. Nuestra vida cristiana está de ese modo arraigada en la Santísima Trinidad.
A Dios, por medio de Cristo, en el amor del Espíritu
Ahora que hemos sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de Jesucristo Señor nuestro. 2También por él –por la fe– hemos alcanzado la gracia en la que nos encontramos, y podemos estar orgullosos esperando la gloria de Dios. 3No sólo eso, sino que además nos gloriamos de nuestras tribulaciones; porque sabemos que la tribulación produce la paciencia, 4de la paciencia sale la fe firme y de la fe firme brota la esperanza. 5Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo.
Evangelio (Jn 16,12-15): El Espíritu nos revelará al Padre y al Hijo
El Espíritu Santo nos lleva a la verdad viva y plena sobre Dios; es decir, el Espíritu nos ayuda a vivir en el Amor del Padre y seguir a Jesús.
El Espíritu se lo anunciará a ustedes
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Muchas cosas me quedan por decirles, pero ahora no pueden comprenderlas. 13Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará el futuro. 14Él me dará gloria porque recibirá de lo mío y se lo explicará a ustedes. 15Todo lo que tiene el Padre es mío, por eso les dije que recibirá de lo mío y se lo explicará a ustedes.
Oración de los Fieles
Llenos del amor de nuestro Padre, Dios, que el Espíritu Santo clame en nuestros corazones, y digámosle: R/ Dios santo y poderoso, óyenos.
Oh Padre amoroso: escucha nuestra oración pues expresa nuestra comunión contigo y con nuestros hermanos y hermanas en Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Dígnate aceptar estos dones de pan y vino
y por medio de tu Santo Espíritu transfórmalos
en tu Palabra creadora y encarnada entre nosotros,
tu Hijo Jesucristo.
Que la comida y bebida su Cuerpo y su Sangre
nos fortalezcan en la alianza de Amor
contigo y con nuestros hermanos y hermanas,
para que sepamos reflejar tu Amor eterno
hasta que vivamos en plena comunión contigo,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Dios nuestro por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con y por medio de Jesús, ofrecemos al Padre del cielo esta eucaristía santificada por el Espíritu. Ahora nosotros expresamos nuestra alegría y gratitud.
Invitación al Padre Nuestro
Por medio del Santo Espíritu de Amor
derramado en nuestro corazones,
roguemos a Dios nuestro Padre
con la oración de Jesús nuestro Señor.
R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y da a nuestro tiempo
la paz prometida por tu Hijo.
Muéstrate a nosotros, Padre generoso,
y perdona todos nuestros pecados.
Guíanos con la fuerza de tu Espíritu
para crecer como una comunidad de amor
y para prepararnos con paciente y alegre esperanza
para la venida en gloria
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el Reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesús, nuestro Señor,
que nos ha reconciliado con el Padre
y nos guía con su Espíritu de Amor.
Dichosos nosotros
Invitados a ser uno con él
y a compartir su vida
como hijos e hijas de Dios.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro:
Toda nuestra vida está puesta bajo el signo
de ti, de tu Hijo y de tu Espíritu Santo.
Gracias por entregarte a nosotros.
Ayúdanos a entregarnos y comprometernos
a favor de nuestros hermanos necesitados
y a ser en medio de ellos
tu señal de unidad, amor y esperanza,
para que verdaderamente vivamos
en el nombre tuyo, Padre,
y en el de Jesús, tu Hijo,
y en el del Espíritu Santo
ahora y por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Volvamos a nuestros hogares con alegría, con la bendición del Padre, que nos ama, del Hijo, que nos trajo perdón y vida, y del Espíritu Santo, que vive en nuestros corazones.
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