Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

VIGESIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Description

Domingo 2 de Octubre

 

VIGESIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

Fe pequeña como un grano de mostaza

 

Saludo (Ver la Segunda Lectura)

Guarden vivo en ustedes

el amor y la fe en Cristo Jesús.

Que el Espíritu Santo que habita en ustedes

los ayude a guardar las riquezas de su fe

y esté siempre con ustedes.

 

Introducción del Celebrante

     Afirmaciones bonitas sobre nuestra fe pueden impresionar a otros, y quizás a nosotros mismos por un momento, pero no nos cambian. La inspiración para cambiar y convertirnos al Evangelio procede de testigos vivientes que nos inspiran sobre todo por la forma como viven. Con frecuencia los discípulos ni siquiera entendieron a Jesús en su predicación, pero veían lo que hacía, y cómo vivía. Ellos lo admiraban y por eso le pidieron: “¡Señor, aumenta nuestra fe!” La gente observa a los cristianos practicantes para ver si de verdad son creyentes, personas de fe, cercanos a nuestro Señor, por la coherencia entre lo que profesan y lo que viven. Pidamos también nosotros: “¡Señor, aumenta nuestra fe!”.

 

Acto Penitencial

Con frecuencia nuestra fe es débil.

Pidámosle ahora al Señor que nos perdone.

                            (Pausa)

Señor Jesús, los discípulos te vieron orar

y te pidieron: “Señor, enséñanos a orar”.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, los discípulos te vieron

como a un hombre en íntima unión con el Padre

y te pidieron: “Enséñanos al Padre”.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tus discípulos, entonces y ahora,

te vemos buscando en todo la voluntad del Padre,

y te pedimos: “Aumenta, Señor, nuestra fe”.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Perdónanos, Señor, nuestra fe débil,

y danos una fe que mueva montañas;

una fe firme, profunda, llena de amor.

Y llévanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Pidamos al Señor una fe siempre creciente.

              (Pausa)

Oh Dios y Padre nuestro:

Te damos gracias por nuestra fe

que de ti hemos recibido

como un don a desarrollar con tu ayuda.

Haz que nuestra fe crezca cada día,

que dé sentido a nuestra vida

y que se exprese en amor y justicia.

Que nos traiga alegría y comprensión

y nos acerque a ti y a los hermanos.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura (Hab 1,2-3; 2,2-4): El creyente vivirá

     El Pueblo de Dios, en medio de sus pruebas, tiene que seguir confiando, ya que su fe lo salvará.

¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me escuches? ¿Hasta cuándo gritaré ¡Violencia!, sin que me salves? 3¿Por qué me haces ver crímenes, me enseñas injusticias, me pones delante violencias y destrucción y surgen discordias y se alzan contiendas? 2,2El Señor me respondió: Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido: 3la visión tiene un plazo fijado, camina hacia la meta, no fallará; aunque tarde, espérala, que llegará sin retraso. 4El ánimo soberbio fracasará; pero el justo, por su fidelidad, vivirá.

 

Segunda Lectura (2 Tim 1,6-8.13-14): “Den testimonio de su fe”

     Debemos guardar la fe que Dios nos ha dado, dar testimonio de ella y hacerla crecer.

Te recuerdo que avives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. 7Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, amor y templanza. 8No te avergüences de dar testimonio de Dios, ni de mí, su prisionero; al contrario con la fuerza que Dios te da comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por la Buena Noticia. 13Consérvate fiel a las enseñanzas que me escuchaste, con la fe y el amor de Cristo Jesús. 14Y guarda el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

 

Evangelio (Lc 17,5-19): “¡Si al menos tuvieran ustedes fe!”

     Jesús quiere que sus discípulos tengan fe absoluta en Dios. Y, sin embargo, incluso una vida llena de fe no nos da derecho a privilegios, ya que la fe es un don de Dios.

En aquel tiempo los apóstoles dijeron al Señor: Auméntanos la fe. 6El Señor dijo: Si tuvieran fe como una semilla de mostaza, dirían a esta morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y les obedecería.7Supongamos que uno de ustedes tiene un sirviente arando o cuidando los animales, cuando éste vuelva del campo, ¿le dirá que pase en seguida y se ponga a la mesa? 8No le dirá más bien: prepárame de comer, ponte el delantal y sírveme mientras como y bebo, después comerás y beberás tú. 9¿Tendrá aquel señor que agradecer al sirviente que haya hecho lo mandado? 10Así también ustedes: cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: Somos simples sirvientes, solamente hemos cumplido nuestro deber.

 

Oración de los Fieles

     Oremos, con fe confiada en Dios, por los anhelos y necesidades de nuestro mundo y por el Pueblo de Dios. Y así digamos: R/ Señor, concédenos una fe firme.

 

  • Por una fe fresca y profunda que nos haga a nosotros, Pueblo de Dios, ver todo lo que hacemos a la luz del mensaje y la vida de Jesús, roguemos al Señor.
  • Por una fe valiente que no tenga miedo de enfrentarse a los males de injusticia y discriminación en nuestro mundo, roguemos al Señor.
  • Por una fe misericordiosa y llena de amor que nos haga atentos a los sufrimientos y necesidades de los hambrientos, oprimidos y de los que no tienen ningún privilegio en la vida, roguemos al Señor.
  • Por una fe robusta y firme que nos ayude a superar toda duda y vacilación y nos consolide buscando la voluntad y los planes de Dios, aun cuando el costo sea elevado, roguemos al Señor.
  • Por una fe humilde que reconozca que la fe misma es un don de Dios, y sea agradecida por el bien que nos hacen nuestros hermanos, roguemos al Señor.
  • Por una fe servicial que busque el bien de la comunidad y se esfuerce por unir a los hermanos con fuertes lazos de ayuda y de mutuo compartir, roguemos al Señor.

 

     Oh Dios amoroso, en ti creemos, en ti confiamos, por Jesucristo nuestro Señor.

 

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Padre nuestro:

Creemos firmemente que Jesús, tu Hijo,

va a transformar estos dones sencillos de pan y vino

en su Cuerpo y en su Sangre,

para que así esté con nosotros

con toda su fuerza y amor.

Ayúdanos a creer con todo nuestro ser

que él está también con nosotros en la vida de cada día,

como el Señor de nuestras vidas y como nuestro amigo,

dando sentido a todo lo que hacemos.

Que él haga nuestra fe un modo de vida

que te dé todo honor y alabanza,

ahora y por los siglos de los siglos.

  

Introducción a la Plegaria Eucarística

     Dios está íntimo y cercano a nosotros con todo su amor y gracia en la vida diaria. Él nos ha salvado por medio de su Hijo Jesús. Démosle gracias y alabanza de todo corazón.

 

Invitación al Padre Nuestro

Oremos con fe y confianza

a Dios, nuestro Padre del cielo,

y pidámosle que fortalezca nuestra fe

cuando sea probada por el maligno.

R/ Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males

y concédenos en nuestros días

la paz y la alegría de saber

que tú estás siempre con nosotros.

Líbranos de echarte a ti la culpa

cuando sufrimos por el mal

que nos infligimos unos a otros.

No permitas que nuestros pecados

debiliten la fe de los que nos rodean.

Ayúdanos a animarnos mutuamente

y a prepararnos juntos con esperanza

para la plena venida entre nosotros

de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

 

Invitación a la Comunión

Éste es Jesucristo, el Señor,

Cordero de Dios que murió por nosotros para darnos vida.

Creemos firmemente que él es nuestro Señor y Salvador

y nuestra única esperanza.

 

Oración después de la Comunión

Señor, Dios nuestro:

Acepta nuestra acción de gracias por darnos a Jesús

para reavivar y fortalecer nuestra fe.

Danos la certeza de que él está con nosotros

en los afanes y en el calor del día,

y de que, si él camina a nuestro lado,

todo se vuelve posible.

Guarda vivas en nosotros esta fe y esta esperanza

y ayúdanos a dar testimonio de ellas

por medio de Aquel que está siempre con nosotros,

Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

     Hermanos: Esta eucaristía ha sido una ocasión formidable para fortalecer nuestra fe en la presencia del Señor. Quizás sea bueno que a veces nuestra fe se ponga a prueba en las dificultades para que no nos sintamos autosuficientes y satisfechos de nosotros mismos. Que tales ocasiones sean para nosotros la oportunidad de poner nuestra sola confianza en el amor y la providencia de Dios. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

 

 

 

BibleClaret

Hong Kong

Síguenos

Copyright © Bibleclaret 2025. All Rights Reserved.