Sábado 9 de Noviembre, 2024
31 Semana en Tiempo Ordinario
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA
DE SAN JUAN DE LETRÁN
Tú, el Templo de Dios, eres Sagrado
Nota: Ya que esta fiesta no tiene lecturas propias, podemos tomar del común de la Dedicación de las Iglesias las que mejor encaje con las necesidades de nuestra actual comunidad. Como fiesta de Nuestro Señor reemplaza al Domingo del Tiempo Ordinario con el que coincida.
Saludo
Recuerden ustedes, hermanos,
que este lugar es santo,
porque el Señor está aquí cono nosotros.
Recordemos que nosotros mismos
estamos llamados a ser santos
ya que somos templos de Dios.
Que el Señor Jesús esté siempre con ustedes.
Introducción
Los cristianos construyen templos para dar culto a Dios. Pero esos templos no tienen sentido si no apuntan hacia la Iglesia, el Cuerpo de Cristo animado por su Espíritu. Dios está presente, en primer lugar, allí donde está el pueblo cristiano reunido con su fe, esperanza y amor. Nosotros somos la Iglesia, y por la gracia de Dios nosotros hacemos la Iglesia; somos sus piedras vivas para la construcción. Cuando venimos al templo, expresamos que somos el nuevo Pueblo vivo de Dios que construye nuestras vidas en Cristo.
Acto Penitencial
Con demasiada frecuencia
nos olvidamos de vivir como Pueblo de Dios.
Pidamos perdón al Señor.
(Pausa)
Señor Jesús,
cuando olvidamos nuestras responsabilidades
como cristianos en el mundo de hoy, perdónanos.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús,
cuando no construimos nuestra vida sobre ti,
como nuestro fuerte cimiento que tú eres, perdónanos.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús,
cuando no sabemos o no queremos
construir una comunidad
en la que tú estés visiblemente vivo, perdónanos.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, perdona todos nuestros pecados. Haz que seamos realmente tu Iglesia; vive tú en medio de nosotros y llevamos a la vida eterna.
Oración Colecta
Roguemos para que seamos realmente
la Iglesia de Jesucristo
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Tú nos has llamado por medio de tu Hijo
a ser una comunidad de fe, amor y servicio
construida sobre el único cimiento sólido:
Jesucristo, Señor nuestro.
Llénanos con su Espíritu,
para que seamos tu Iglesia
en palabra y obras, sin plantear exigencias,
sin buscar privilegios, sin tratar de dominar
ni controlar a nadie.
Ayúdanos a llevar alegría a todos,
a amar sin excluir a nadie y a servir
sin exigir ni gratitud ni nada a cambio.
Que así seamos la casa viva de Dios llena
con la presencia de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura: Ezequiel 47,1-2. 8-9. 12: "Manaba agua del templo...
Segunda Lectura: 1 Corintios3,9c-11. 16-17 : Ustedes son templos de Dios
La misma comunidad cristiana es el edificio construido en honor a Dios. Cada uno de nosotros es una piedra viva en él, teniendo a Cristo como nuestro sólido cimiento. Dios vive en su comunidad.
Evangelio: Juan 2,13-22: Cristo, el verdadero Templo
Jesús despoja al Templo de todo negocio o intención que distorsione su sagrada misión. Más tarde, ese Templo físico será destruido porque la verdadera “casa de Dios”, donde lo encontraremos a él, es Jesucristo. ¿No es acaso la Iglesia, nosotros, su Cuerpo vivo, su templo real?
Oración de los Fieles
Oremos a Jesús, Señor nuestro, para que los miembros de su comunidad cristiana seamos más conscientes de que somos el Pueblo y el templo de Dios, y roguemos también por las necesidades de todo el mundo. Digamos: R/ Señor, que sepamos construir tu comunidad.
Señor Jesús, tú quisiste vivir en medio del pueblo. Haz a tu Iglesia y a su templo cada vez más el espacio donde el pueblo pueda reunirse en tu nombre, pues tú eres nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Traemos ante ti estos dones de pan y vino
para recordar que Jesucristo
está en medio de nosotros.
Que él sea para todos nuestro camino,
nuestra verdad y nuestra vida.
Y que él llegue a estar vivo entre nosotros
por medio de su Santo Espíritu,
no solamente en estos signos sacramentales
y en este lugar, sino en todo el ancho mundo,
en una Iglesia viva, comprometida,
en un cristianismo renovado y auténtico,
en el que el mismo Jesús es Dios
y Señor nuestro por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Juntamente con Cristo, que es la piedra angular sobre la que estamos edificados como Cuerpo suyo, ofrecemos a nuestro Padre el culto y la adoración de esta eucaristía y de nuestras vidas.
Invitación al Padre Nuestro
En este templo, casa de oración oremos a nuestro Padre del Cielo la oración de confianza de su Hijo Jesús.
R/ Padre nuestro…
Introducción a los Ritos de Paz y de Fracción del Pan
En la comunidad cristiana y en la vida caminamos juntos, unos con otros; buscamos paz y anhelamos felicidad. Aquí, en esta casa de oración, Jesús, el Señor, parte el Pan de Vida para nosotros. Partamos también nosotros nuestro pan, los unos para los otros, y pidámosle el don del Espíritu de Jesucristo. Que la paz de Cristo esté siempre con ustedes.
Invitación a la Comunión
Este es el Cuerpo de Jesús, el Señor. Él se nos da a sí mismo para que podamos llegar a ser un solo Cuerpo, la Iglesia. R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú has llenado esta casa
y también nuestros corazones
con la presencia misteriosa de tu Hijo;
él nos ha proclamado su Palabra,
se ha compartido a sí mismo con nosotros
como nuestro alimento en el camino de la vida.
Que seamos ahora para el mundo la señal
de que tu Hijo vive entre nosotros.
Que nuestra búsqueda e interés por la justicia,
por la dignidad humana, por el amor,
la honestidad y la unidad, te dé a ti alabanza,
y proclame a todo el mundo
que nosotros somos tu Pueblo
y que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador,
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Cuando hablamos de la Iglesia y pensamos en ella, deberíamos tener muy presente que la comunidad del pueblo de Dios es mucho más importante que el edificio material o templo físico. Nosotros somos el Cuerpo de Cristo, y en nosotros la gente debería reconocer al Señor y sentir su presencia. Que esto llegue a ser verdadero en nosotros, con la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.