Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

BAUTISMO DEL SEÑOR

Description

Lunes 9 de Enero, 2024

 

BAUTISMO DEL SEÑOR

 

Y la nuestra…: Una misión aceptada

 

Saludo

Hoy Jesús se bautiza en el río Jordán;

el Padre lo reconoce como a su Hijo querido

y el Espíritu Santo lo prepara

para su misión de servicio.

Que el Espíritu de filiación y servicio de Jesús esté siempre con ustedes.

 

Introducción del Celebrante

Hoy, Jesús, en el día de su bautismo, aunque no tenía pecado, se hizo uno con los pecadores, con los marginados, con los pobres de cualquier clase, para llevarles el perdón y la vida de Dios. Él aceptó gozosamente esa difícil misión. Nosotros, por nuestra parte, en nuestro bautismo nos hemos hecho uno con él. ¿Aceptamos también, como él, nuestra misión de ser buenos siervos de Dios y de los hermanos, aun cuando sea ésta una tarea difícil? Después de todo, somos discípulos de Jesús.

 

Acto Penitencial

Nosotros somos también

hijos e hijas queridos de Dios

desde el día de nuestro bautismo.

¿Hemos respondido al amor de Dios?

Pidamos humildemente al Señor que nos perdone.

            (Pausa)

Señor Jesús, siervo de Dios,

tú nos enseñaste a servir.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, Hijo amado del Padre,

por medio de ti

llegamos a ser sus hijos e hijas.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tú te hiciste uno y te identificaste

con todos los débiles y con los pecadores.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Ten misericordia de nosotros, Señor,

y elimina todos nuestros pecados.

Haz que vivamos como pueblo querido por Dios

y llévanos a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Oremos para que, con Jesús, seamos siervos fieles

de Dios y de los hermanos.

                         (Pausa)

 

Oh Dios y Padre nuestro:

En esta Fiesta del bautismo de Jesús

tú nos llamas a ser hijas e hijos queridos tuyos

y por él, nos das en nuestro bautismo

la misión de ser siervos humildes y entregados.

Danos la gracia de no quebrar totalmente

a los abatidos por el pecado y el dolor.

Ayúdanos a servir siempre a la causa de lo justo y recto,

a ser ojos para los ciegos,

y voz para los silenciados y oprimidos.

Que, como bautizados, te agrademos

en todo lo que hacemos.

Te lo pedimos en nombre de Jesús el Señor.

 

Primera Lectura: Isaías 42,1-4.6-7 He aquí mi siervo querido; mi Espíritu mora en él

El profeta Isaías anuncia que el Espíritu de Dios guiará a su siervo fiel a traer al mundo justicia y amor compasivo y respetuoso. Esta profecía se cumple en Jesús. Su misión es también nuestra misión.

Esto dice el Señor:
“Miren a mi siervo, a quien sostengo,
a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi espíritu
para que haga brillar la justicia sobre las naciones.

No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles;
no romperá la caña resquebrajada,
ni apagará la mecha que aún humea.
Promoverá con firmeza la justicia,
no titubeará ni se doblegará
hasta haber establecido el derecho sobre la tierra
y hasta que las islas escuchen su enseñanza.

Yo, el Señor,
fiel a mi designio de salvación,
te llamé, te tomé de la mano, te he formado
y te he constituido alianza de un pueblo,
luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la prisión
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.

 

Salmo Responsorial: Te alabamos, Señor.

28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10

R. (11b) Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, 
denle la gloria que merece. 
Postrados en su templo santo, 
alabemos al Señor. R. 
R. Te alabamos, Señor.

La voz del Señor se deja oír 
sobre las aguas torrenciales. 
La voz del Señor  es poderosa,
la voz del Señor  es imponente. R.  
R. Te alabamos, Señor.

El Dios de majestad hizo sonar 
el trueno de su voz.
El Señor  se manifestó sobre las aguas 
desde su trono eterno. R.  
R. Te alabamos, Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía:
“Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”.
R. Aleluya. 

 

Evangelio: Marcos 1:7-11 “Tú eres mi Hijo amado”

El profeta Isaías había anunciado al mesías como a un siervo lleno del Espíritu de Dios. Cuando Jesús se bautiza, el Padre lo reconoce como su siervo e Hijo querido. El Espíritu Santo baja sobre él.

En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Por esos días, vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”.

 

Oración de los Fieles

Oremos hoy a nuestro Padre del cielo, que envió a su Hijo entre nosotros como un siervo para liberarnos y para renovarnos, diciéndole: R/ Señor, escucha a tu pueblo.

  • Por la Iglesia, sus líderes y todos nosotros, para que no seamos condescendientes, ni hagamos componendas, con la riqueza y el poder sino que sirvamos y ayudemos a todos, roguemos al Señor.
  • Por todos los que no conocen a Cristo, o que se han alejado de la Iglesia, para que descubran y experimenten el amor del Señor por medio de nosotros por la forma cómo vivimos el Evangelio, roguemos al Señor.
  • Por nosotros cristianos y por todos los hombres, para que el Espíritu Santo nos mueva a respetar a los pequeños e indefensos; para que no los oprimamos sino que les demos justicia con amor, roguemos al Señor.
  • Por todos los bautizados, para que sigamos más radicalmente a Cristo y para que como él aprendamos a servir más que a ser servidos, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros y por nuestras comunidades cristianas, para que la Eucaristía fortalezca en nosotros los dones del Espíritu Santo y nos haga cada vez más fieles a nuestra vocación como hijos queridos de Dios, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, cuando nos bautizamos, tú nos convocaste a hacernos hombres y mujeres nuevos. Perdona nuestra cobardía y sigue renovándonos por medio de tu Espíritu, para que tengamos el valor de seguir a Cristo hasta el fin, porque él es Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios y Padre nuestro:

Estos dones de pan y vino

se convertirán en el Cuerpo y Sangre

de tu querido Hijo Jesús

en quien te complaces.

Fortalécenos con este alimento y esta bebida

y haz que el Espíritu Santo

nos renueve como pueblo

que vive sin componendas

el mensaje de justicia y amor

y la vida misma de tu Hijo.

Que, de este modo,

seamos verdaderamente tus hijos queridos

en quienes te complaces,

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Demos sinceras gracias al Padre por habernos hecho, por el bautismo, sus hijas e hijos queridos junto con Jesús, nuestro Señor.

 

Introducción al Padre Nuestro

Bautizados en el Espíritu Santo

e hijos del Padre por medio de Jesús, su Hijo predilecto,

recitemos con toda confianza

la propia oración de Jesús.

R/ Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males

y concédenos tu paz en nuestros días.

Reaviva en nosotros la gracia del ¿bautismo

y condúcenos por tu Santo Espíritu,

para que seamos fieles a nuestra misión

de vivir la vida de Jesús en este mundo,

mientras esperamos con gozosa esperanza

la venida gloriosa de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

R/ Tuyo es el reino…

 

Invitación a la Comunión

Éste es Jesucristo nuestro Señor,

el Hijo amado del Padre,

en quien Dios se complace.

Dichosos nosotros invitados

a participar en su mesa santa

y a vivir su vida.

 

Oración después de la Comunión

Oh Dios y Padre nuestro:

Tú nos has abierto el cielo

para fortalecernos con el Pan de Vida

y para colmarnos con el Espíritu Santo.

Renuévanos y llámanos

a alejarnos de nuestras certezas y apegos humanos.

Envíanos a avanzar sin miedo

por la ruta de la justicia y la paz,

para que seamos hijos tuyos queridos

junto con tu Hijo fiel,

Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: En el bautismo en el río Jordán Jesús fue investido con su misión de llevar el amor liberador de Dios a los hombres. El Espíritu lo guio para llevar a cabo su misión en una fidelidad inquebrantable. En nuestro bautismo con el agua y el Espíritu hemos recibido la misión de vivir como Jesús, de continuar haciendo el bien como él, de ser fieles y justos para con Dios y con los hermanos. Que el Dios en cuyo nombre hemos recibido el bautismo nos proteja, nos guíe y nos bendiga por esta hermosa tarea. Y así que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

 

Con la fiesta de hoy iniciamos nuestro peregrinar en el Tiempo Ordinario. La designación del Mesías como «aquel que viene», nos recuerda que trajo la encomienda divina de la transformación de estructuras y relaciones por obra del Espíritu. El Jesús, Mesías, proclamado por Juan alude a aquel que nos sumerge en la misma vida de Dios. La inmersión hace referencia a la permanente oportunidad del creyente de re-crearse o re-generarse. Luego, la revelación del Padre –”Tú eres mi Hijo, el predilecto”– constata la opción preferencial de Dios por los pequeños y los pecadores. Con el bautismo, Jesús inicia su ministerio como Hijo amado, ungido por el Espíritu para salvar y dignificar toda vida. El bautismo de Jesús no fue un rito sin más o una tradición familiar: fue el inicio de un camino de amor sin límites que lo condujo a dar la vida. Pidamos hoy por nuestras comunidades de fe para que, como personas bautizadas, demos más cabida a lo que nos une y no a las diferencias que buscan separarnos.

 

 

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