Martes 7 de Marzo
2a semana de Cuaresma
SANTA PERPETUA Y SANTA FELICIDAD, Mártires
Introducción
Hoy celebramos la memoria de dos mujeres mártires de Cartago, al Norte de África. Perpetua pertenecía a la nobleza, mientras que Felicidad era una muchacha esclava. A las dos las arrestaron en una redada u “operativo” contra los cristianos. Cada una de ellas había dado a luz recientemente y las autoridades romanas trataron de usar cruelmente los niños primogénitos como rehenes para forzar a las dos madres a renegar de su fe. Pero ambas rechazaron la inhumana propuesta. Prefirieron mantener firme su fe y apreciarla más que a su querida e inigualable posesión, sus hijos recién nacidos. Con extraordinaria serenidad fueron a su heroica muerte, al martirio.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú nos inspiras al mostrarnos el extraordinario valor
de los que ponen toda su confianza en ti.
En esta celebración de las mártires
Santas Perpetua y Felicidad,
te pedimos fuerza
para adherirnos a ti con un amor más fuerte
que a cualquier otra cosa mundana.
Que nada se interponga entre ti y nosotros;
que nada nos separe de ti
porque tú eres nuestro Dios de vida y amor,
ahora y por los siglos de los siglos.
Is 1,10.16-20: Aprendan a obrar bien – busquen el derecho
Sal 50: Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios
Mt 23,1-12: No hacen lo que dicen
En aquel tiempo, Jesús, dirigiéndose a la multitud y a sus discípulos, 2dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos. 3Ustedes hagan y cumplan lo que ellos digan, pero no los imiten; porque dicen y no hacen. 4Atan fardos pesados, [difíciles de llevar,] y se los cargan en la espalda a la gente, mientras ellos se niegan a moverlos con el dedo. 5Todo lo hacen para exhibirse ante la gente: llevan cintas anchas y flecos llamativos en sus mantos. 6Les gusta ocupar los primeros puestos en las comidas y los primeros asientos en las sinagogas; 7que los salude la gente por la calle y los llamen maestros. 8Ustedes no se hagan llamar maestros, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. 9En la tierra a nadie llamen padre, pues uno solo es su Padre, el del cielo. 10Ni se llamen jefes, porque sólo tienen un jefe que es el Mesías. 11El mayor de ustedes que se haga servidor de los demás. 12Quien se alaba será humillado, quien se humilla será alabado.
Oración de los Fieles
Señor Dios nuestro, queremos ser un Pueblo cuyo corazón está realmente cerca de ti y de eso den cuenta nuestras obras. Por eso te pedimos: R/Danos coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Antes de entregar su vida por nosotros,
tu Hijo Jesús se dio a sí mismo a sus discípulos,
tal como él mismo les dijo:
“Esto es mi Cuerpo entregado por ustedes”.
Que él nos dé la fuerza
para vivir fielmente para él mismo y para ti
aun cuando tengamos que renunciar
a lo que nos es humanamente más querido y valioso,
ya que tú eres nuestro Dios de Amor.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Padre de todo lo viviente:
Nadie pudo arrebatar a Jesús, tu Hijo,
su libertad interior,
cuando entregó su vida por nosotros.
Por la Palabra y por el Cuerpo eucarístico de tu Hijo
haznos suficientemente fuertes
para resistir todos los ataques del maligno
y para alzarnos a favor de todo lo bueno, bello y verdadero;
también de todo aquello para lo que nos has creado:
una vida y alegría sin fin,
por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Ojalá el Señor nos dé un sentido de honestidad con él y con nosotros mismos, para que no pretendamos ser mejores de lo que somos y que no hagamos nada con el fin preciso de ser vistos y aplaudidos por los demás. Dios sabe todo, y eso basta. Que la bendición del Dios santo y verdadero, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
En nuestro tiempo, existen muchas personas necesitadas de espacios donde anhelan vivir y alimentar su espiritualidad. Hay quienes huyen de lo salvaje que puede ser nuestro mundo, queriendo hacer un paréntesis real que dé respiro a sus vidas. Reconocemos que buscar a Dios para “la fuga o huida” no sirve de mucho. Pero lo preocupante o vergonzoso son los testimonios de personas que dicen no encontrar en las comunidades o parroquias el ambiente propicio para un verdadero encuentro con Dios que les devuelva fuerza y vitalidad. En la época de Jesús y las primeras comunidades, parece que pasaba algo similar. La religión del Templo y sus pesados mandatos se habían vuelto una carga para las personas más que una invitación para vivir la comunión con Dios. Por eso Jesús reclama a los líderes comunitarios que no se conviertan en piedras de tropiezo para quienes necesitan ser tratados entrañablemente. Quien no se despoja de títulos, búsqueda de privilegios y protagonismos no podrá transparentar el amor de Dios. Construyamos puentes, no muros.