Lunes 5 de Junio
SAN BONIFACIO, Obispo y Mártir
Introducción
San Bonifacio (672-754), monje benedictino inglés, es considerado como uno de los mayores misioneros de la temprana Edad Media. Extendió el Evangelio particularmente en Alemania. Fue asesinado por los Frisones. Su sepulcro se encuentra en Fulda (Alemania).
Oración Colecta
Señor Dios nuestro,
tu santo obispo Bonifacio
proclamó tu nombre con gran celo apostólico
y estuvo dispuesto a entregar su vida por ti.
Cólmanos con su ardor misionero
para que sepamos vivir tu Evangelio
y compartir sus riquezas con los otros.
Concédenos que no ahorremos ningún esfuerzo
para hacer creíble el mismo Evangelio.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo,
que vive contigo y con el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Tb 1,3; 2,1-9: Tobías temía a Dios más que al rey
Sal 112: «Dichoso quien teme al Señor»
Mc 12,1-12: Agarraron al hijo querido y lo mataron
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablarles en parábolas a los sacerdotes, escribas y ancianos: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una tapia, cavó un lagar y construyó una torre; se la arrendó a unos viñadores y se marchó. 2A su debido tiempo, envió un sirviente a los viñadores para cobrar su parte del fruto de la viña. 3Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías. 4Les envió un segundo sirviente; y ellos lo maltrataron y lo injuriaron. 5Envió un tercero, y lo mataron; y a otros muchos, a unos los apalearon, a otros los mataron. 6Le quedaba uno, su hijo querido, y lo envió en último término, pensando que respetarían a su hijo. 7Pero los viñadores se dijeron: “Es el heredero. Lo matamos y la herencia será nuestra”. 8Así que lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. 9Ahora bien, ¿qué hará el dueño de la viña? Irá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. 10¿No han leído aquel texto de la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”; 11es el Señor quien lo ha hecho y nos parece un milagro?12Intentaron arrestarlo, porque comprendieron que la parábola era para ellos. Pero, como tenían miedo a la gente, lo dejaron y se fueron.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro,
estos dones de pan y vino significan
nuestro compartir el sacrificio de tu Hijo.
Cólmanos con su amor
y con su obediencia a tu voluntad,
para que nos entreguemos a ti
y vivamos la vida de tu Hijo,
que es Dios por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Dios y Señor nuestro,
tú quieres que todos los hombres,
dondequiera que estén,
lleguen al conocimiento de la verdad
y vivan en tu Amor.
Envía obreros a tu mies
que proclamen con ardor tu mensaje de Salvación,
para que la luz de tu Palabra
amanezca un día en todos los hombres.
Que todos lleguen a conocerte y acogerte
como a Dios de vida y alegría.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Somos viña del Señor, pueblo querido con cariño por Dios. Por eso tenemos que corresponder a su amor. Él nos envía a proclamar, de palabra y de obra, su Buena Noticia, con la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
Hemos visto y también sentido en nuestros cuerpos el dolor una América Latina que llora por hijos e hijas. Se continúa derramando sangre inocente en las luchas contra los sistemas de gobierno opresores; ni proveen bienestar duradero ni tranquilidad social. Las malas decisiones políticas y económicas producen inequidad, provocando hambre, miseria, enfermedad, inseguridad, abandono; todo esto empuja a la mendicidad (conformarse con migajas) o a migrar buscando una vida mejor afuera. Hoy el Evangelio nos recuerda que en estas víctimas encontramos el rostro de Dios que llora por la vida sacrificada injustamente. Estas voces silenciadas se elevan hasta el cielo como las de aquellos profetas de Israel y también nos reclaman la indiferencia y la falta de compromiso. La invitación para nuestras comunidades de fe es a sensibilizarnos frente a estas realidades y solidarizarnos con quienes peor la pasan. Pero también que sepamos involucrarnos en procesos formativos que nos permitan ser personas cuidadoras de la viña que se nos ha encomendado, porque sin querer alimentamos el sistema que nos empobrece, enferma y asesina.