Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

La zarza ardiente

Description

Miércoles 16 de Julio, 2025

 

Decimaquinta Semana en Tiempo Ordinario

 

LA ZARZA ARDIENTE: “AQUÍ ESTOY PARA USTEDES”

 

Oración Colecta

Oh Dios, fuego que se quema sin consumirse,         

Dios de Abrahán, Isaac y Jacob:

Tú eres nuestro Dios, el Dios del pueblo.

Danos plena consciencia de que tú

te has comprometido con nosotros

de modo irrevocable y sin reservas.

Continúa con nosotros tu aventura de amor;

sigue liberándonos hoy del mal en nosotros y en el mundo,

y condúcenos a tu tierra de perenne libertad,

por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

Primera Lectura: Éxodo 3,1-6.9-12 El ángel se apareció

Dios se revela a sí mismo como Yahvé, el que está ahí para su Pueblo. Y lo hace en el milagro de una zarza encendida que no se quema. Un hecho extraordinario que simboliza la presencia de Dios en su Iglesia como un Fuego que no se consumirá nunca.

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: "Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema".

Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: "¡Moisés, Moisés!" El respondió: "Aquí estoy". Le dijo Dios: "¡No te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada". Y añadió: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob".

Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: "El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios. Ahora, ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel".

Moisés le dijo entonces a Dios: "¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?" El Señor respondió: "Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte".

 

Salmo Responsorial 103: El Señor es compasivo y misericordioso

R. (8a) El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía,
y no te olvides de sus beneficios.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor perdona tus pecados
y cura tus enfermedades;
él rescata tu vida del sepulcro
y te colma de amor y de ternura.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor hace justicia
y le da la razón al oprimido.
A Moisés le mostró su bondad
y sus prodigios al pueblo de Israel.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.

 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mateo 11,25

R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.

 

Evangelio: Mateo 11,25-27 «Gracias, Padre»

La alabanza de Jesús a su Padre Dios atraviesa el tiempo y ensalza a los pequeños, destinatarios de su revelación. Porque solo los humildes, los sencillos de corazón están disponibles a la teofanía, a la manifestación de Dios, y a la comprensión de su Evangelio.

En una ocasión Jesús exclamó: «¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! 26Sí, Padre, ésa ha sido tu elección. 27Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce al Hijo, sino el Padre; nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelárselo».

 

Oración de los Fieles

  • Para que todas las personas se inspiren en un sentido profundo de respeto y admiración de Dios, y gratitud por su cuidado amoroso. Roguemos al Señor.
  • Para que nunca permitamos que a nadie le roben la libertad que Dios nos ha otorgado por medio de Jesucristo. Roguemos al Señor.
  • Para que el amor a Dios y al prójimo siga ardiendo en nosotros sin que se extinga jamás. Roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios todopoderoso:

Tú eres nuestro “Dios-con-nosotros”

por Jesucristo, tu Hijo,

el siervo de Dios y el servidor del pueblo.

Contigo y con él, queremos escuchar

el clamor del pueblo

y partir y repartir para él el pan

que somos nosotros mismos,

como Cristo parte el pan de sí mismo entre nosotros.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

 

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro, Padre todopoderoso:

Hemos celebrado la memoria

de la muerte liberadora de tu Hijo.

Él murió para que nosotros vivamos

y seamos libres.

Acepta nuestra acción de gracias,

 y haznos comprender que nuestro amor está herido

cuando la gente sufre a causa del mal.

Danos la gracia de comprometernos

a trabajar con seriedad y valentía

para que nuestros hermanos

sean verdaderamente libres.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

 

Bendición

Hermanos: Dios afirma que ha oído el clamor de su Pueblo. ¿Oímos nosotros el clamor de nuestro pueblo cuando nos grita que vive en humillante necesidad o en degradante miseria? Que Dios todopoderoso nos bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Parece normal, y cuestión de instinto, que un padre y una madre atiendan con mayor cuidado al hijo recién nacido, generando celos e inseguridad en los demás hijos. Algo de esta experiencia genera la Paternidad de Dios por la atención preferencial hacia sus hijos vulnerables: los empobrecidos, vulnerados y olvidados de la sociedad. Desde antiguo, Dios se opuso a la opresión de su pueblo impulsando procesos de liberación y prodigándoles, una tierra donde pudieran vivir con dignidad y en comunitariedad, compartiendo dones y bienes. Como entonces, también hoy Dios continúa gestando procesos de liberación en defensa de la dignidad y los derechos de  las mujeres, de los que son despojados de sus tierras, de las personas que sufren explotación laboral y de todo grupo humano al que se le vulneran sus derechos. Son muchas las expresiones de solidaridad y cooperación mutua que construyen el Reino de justicia que Jesús vino a inaugurar. La concreción del Reino, como lo anunció Jesús, pasa desapercibida para los sabios y poderosos, y la gozan y trabajan los sencillos, los que sufren, los pobres. Aquellos a quien el mismo Jesús llamó bienaventurados…

 

BibleClaret

Hong Kong

Síguenos

Copyright © Bibleclaret 2025. All Rights Reserved.