Miércoles 18 de Octubre
28a Semana Ordinario
SAN LUCAS, Evangelista
Introducción
Un hombre procedente del insensible paganismo se siente impactado por Cristo, el Señor, que se preocupa por los pobres y los oprimidos. Como él es médico, le fascina también ese hombre que es más que un simple hombre, Cristo, el Señor, que cura a los enfermos en el cuerpo y en el alma. Éste es el evangelista Lucas. La tierna descripción de la Sagrada Familia en la narrativa de la infancia de Jesús es una joya de su estilo. Entre sus temas favoritos están la misericordia y el perdón ilimitado de Dios, la oración, la seriedad de la vida cristiana, la acción del Espíritu Santo, el papel de las mujeres en la Iglesia, la universalidad de la Iglesia destinada a todos. Estos temas reaparecen constantemente en los dos libros que escribió: el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tu evangelista Lucas retrata con cariño
a tu Hijo Jesucristo como curador
de las enfermedades de la gente
y como amigo y protector de los pobres.
Que San Lucas nos inspire a abrir nuestros ojos
a las necesidades de los pobres e indefensos
y nos ayude a amarlos y a cuidarlos cariñosamente.
Haznos pobres de corazón,
para que sepamos comprender a los pobres
y llevarles alegría y liberación.
Te lo pedimos, Padre,
en el nombre de Jesús el Señor.
2Tim 4,10-17b: «Lucas está conmigo»
R. (12a) Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
y den a conocer tus maravillas.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que muestren a los hombres tus proezas,
el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre
y tu imperio, por todas las generaciones.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenos de amor todas sus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan;
muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
R. Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Lc 10,1-9: La mies es abundante; los obreros pocos
En aquel tiempo designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir. 2Les decía: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha. 3Vayan, que yo los envío como ovejas entre lobos. 4No lleven bolsa ni alforja ni sandalias. Por el camino no saluden a nadie. 5Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. 6Si hay allí alguno digno de paz, la paz descansará sobre él. De lo contrario, la paz regresará a ustedes. 7Quédense en esa casa, comiendo y bebiendo lo que haya; porque el trabajador tiene derecho a su salario. No vayan de casa en casa. 8Si entran en una ciudad y los reciben, coman de lo que les sirvan. 9Sanen a los enfermos que haya y digan a la gente: “El Reino de Dios ha llegado a ustedes”».
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios comprensivo y bondadoso:
Aquí te presentamos pan y vino,
comida sencilla y bebida de alegría.
Por este gesto de nuestra ofrenda,
asumimos nuestra responsabilidad en favor de los pobres.
Como tu Hijo, que no permanezcamos nunca indiferentes
a la miseria humana y espiritual
de nuestros hermanos necesitados.
Acepta la pobreza de nuestros corazones
y sé tú nuestra única riqueza eterna,
por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre de los pobres:
Te damos gracias por tu evangelista Lucas
que bellamente nos ha revelado en sus escritos
los misterios de tu Hijo y de tu Iglesia.
Este mismo Hijo tuyo, Jesús,
ha estado aquí ahora con nosotros
y ha tocado a la puerta de nuestro corazón.
Le hemos dado la bienvenida,
pero ha sido él quien nos ha dado de comer.
Que ojalá sigamos recibiéndolo
y haciéndolo sentirse a gusto como nuestro hermano
cada vez que alguien nos pida ayuda,
o la espere tímidamente en silencio.
Te pedimos esta sensibilidad cristiana
por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Lucas fue un curador, como Jesús. Ojalá nosotros, como él, llevemos el poder curador de nuestra fe y amor a la gente en torno a nosotros, y que Dios todopoderoso nos bendiga a todos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Aumenta cada día la preocupación por el acompañamiento a la juventud que parece distraerse, entretenerse y perderse en el infinito mundo digital. Esto, claro está, en detrimento de su reserva de valores y de vitalidad para enfrentar este mundo cada vez más competitivo y voraz. Quien no se espabila queda por fuera y sin oportunidades. Esto es lo que le está sucediendo a una gran mayoría de jóvenes que, al reaccionar, se dan cuenta de que se encuentran teniendo el último aparato celular, pero sin la preparación debida y sin oportunidades que les permitan salir adelante; o bien jóvenes competitivos, los menos, pero sin muchos valores que los inviten a pensar en una sociedad más justa que no margine o deseche. Aquí es donde Jesús advierte que envía a sus comunidades como «corderos en medio lobos», para que no se desanimen ni se acobarden. Es importante la audacia misionera que apueste por la verdad y abra caminos alternativos para quienes se quedan por fuera o regresan debilitados por luchar a contracorriente.