Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

SOLEMNIDAD DE MARÍA, MADRE DE DIOS

Description

Miércoles 1 de Enero, 2025

 

SOLEMNIDAD DE MARÍA, MADRE DE DIOS


Día Mundial de la Paz



Saludo

Feliz Año Nuevo a todos ustedes.
Que la gracia y la paz de Dios
los acompañe a lo largo de todo el año
que hoy comenzamos
y que el Señor Jesús esté siempre con ustedes.

 

Introducción del Celebrante

Hoy comienza un nuevo año y sinceramente nos deseamos unos a otros todas las bendiciones de Dios: buena salud, bienestar, armonía en la familia, felicidad... Este día, al celebrar la fiesta de María, Madre de Dios, incluimos también, con seriedad e insistencia, deseos y plegarias por una paz profunda y duradera en un mundo acosado por la violencia, los conflictos y las luchas fratricidas , ya que María nos dio a Jesucristo, Príncipe de la Paz. Que nuestro sentido de justicia y unidad, de perdón y aceptación mutua, cree la atmósfera propicia en la que la paz pueda crecer en nuestros corazones, en nuestros hogares, en el mundo entero.

 

Acto Penitencial

Busquemos en Dios y en los hermanos
la paz que procede del perdón y de la reconciliación,
para participar más profundamente en esta eucaristía
que nos une a todos en Cristo.
                       (Pausa)
En nuestros hogares y en nuestras comunidades

con frecuencia hemos fallado en difundir alegría y paz.

Perdónanos, Señor.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
 
Muchas veces nos inhibimos

y damos poco ánimo y apoyo a los que luchan,

sin violencia, por la justicia y la paz.

Perdónanos, Señor.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

Hemos fallado tantas veces en decirnos unos a otros

palabras de perdón y de paz.

Perdónanos, Señor
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Ten piedad de nosotros, Señor;

perdona nuestros pecados.

Cólmanos con tu Espíritu de Paz y llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta

Oremos a nuestro Dios todopoderoso,
que escogió a María como a Madre de su Hijo.
                           (Pausa)
Oh Dios nuestro, fiel y salvador:
En María, nuestra tierra dijo su sí a tu llamada
y allí irrumpieron sobre los hombres
bendiciones, perdón, nueva vida, verdadera paz
en la persona de tu Hijo Jesucristo.
Danos la fe confiada de María, su Madre,
para que siempre permanezcamos cercanos a Jesús,
incluso en la oscuridad del sufrimiento,
y para que sepamos llevar al mismo Jesús
a los pobres, solitarios
y afligidos de nuestro mundo
Bendícenos por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor.


Primer Lectura: Números 6,22-27 Dios bendice a su Pueblo

Dios bendice al pueblo con el que había sellado una alianza: él era para ellos la fuente de toda bendición. Que sus bendiciones y su gracia desciendan sobre nosotros, su nuevo pueblo, a través de este nuevo año que hoy comenzamos.

 

En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo:
“Di a Aarón y a sus hijos:
‘De esta manera bendecirán a los israelitas:
El Señor te bendiga y te proteja,
haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor.
Que el Señor te mire con benevolencia
y te conceda la paz’.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas
y yo los bendeciré”.

 

Salmo Responsorial

Sal 67: «El Señor tenga piedad y nos bendiga»

  1. (2a) Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
    Ten piedad de nosotros, y bendícenos;
    vuelve, Señor , tus ojos a nosotros.
    Que conozca la tierra tu bondad
    y los pueblos tu obra salvadora. R.
    R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
    Las naciones con júbilo te canten,
    porque juzgas al mundo con justicia;
    con equidad tú juzgas a los pueblos
    y riges en la tierra a las naciones. R.
    R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
    Que te alaben, Señor , todos los pueblos,
    que los pueblos te aclamen todos juntos.
    Que nos bendiga Dios
    y que le rinda honor el mundo entero. R. 
    R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.


Segunda Lectura: Gálatas 4,4-7 Hijos e hijas de Dios por medio del Hijo de María

Dios nos ha dado a Jesús, su Hijo, por medio de la Virgen María. Por el Hijo de Dios, Jesús, hemos llegado a ser, nosotros también, hijos e hijas de Dios.

 

Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

 

Aclamación antes del Evangelio

Heb 1, 1-2

Aleluya, aleluya.

En distintas ocasiones y de muchas maneras

habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas.

Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.

R. Aleluya.


Evangelio; Lucas 2,16-21 Encontraron a María y al Niño

Los pastores vieron a Jesús y lo aceptaron con fe. Alabaron a Dios y no pudieron permanecer silenciosos sobre lo que habían visto. María atesoraba estos acontecimientos en su corazón.

 

Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. 17Al verlo, les contaron lo que les habían dicho del niño. 18Y todos los que lo oyeron se asombraban de lo que contaban los pastores. 19Pero María conservaba y meditaba todo en su corazón. 20Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto; tal como se lo habían anunciado. 21Al octavo día, al tiempo de circuncidarlo, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido.


Oración de los Fieles

     Con la ayuda e intercesión de la Bienaventurada Virgen María, recurrimos al Señor, para que derrame sus bendiciones sobre nosotros y sobre todos los hijos de Dios en el mundo entero. Digámosle en oración: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

 

  • Señor, derrama tus bendiciones sobre la Iglesia para que todo el pueblo de Dios crezca en fe y en esperanza, y para que haya unidad y colaboración entre los ministros sagrados y los laicos. Por eso te rogamos.
  • Señor, bendice a los sacerdotes, religiosos y misioneros, para que vivan más radicalmente el Evangelio y lo proclamen con ardor; también para que su corazón esté abierto a todos, para que se preocupen especialmente de los últimos y de los que no cuentan en la sociedad. Por eso te rogamos.
  • Señor, bendice a todos los padres y madres, para que sean amorosos y fieles el uno para el otro, como tú eres fiel y tierno para con ellos, y que reflejen tu propio amor sobre sus hijos. Por eso rogamos.
  • Señor, bendice a los niños y a los jóvenes para que tengan padres que se preocupen de ellos, y que, en el hogar y en la escuela, aprendan a ser generosos y responsables. Por eso te rogamos.
  • Señor, bendice a nuestro país, para que haya justicia y honestidad en medio de nosotros, empleos para todos, acceso para todos a la riqueza de los recursos de nuestra tierra, y paz y unidad en nuestra diversidad. Por eso te rogamos.
  • Señor, bendice a los que te buscan y a los que dudan, a los enfermos, huérfanos y viudas, a los tristes y afligidos, a todos los que tienen que llevar pesadas cargas en la vida. Dales esperanza. Haz que tu pueblo les muestre tu solidaridad y tu amor, y así te rogamos.

 

     Señor, que este año sea para todos nosotros un año de gracia, de paz y de alegría, para que podamos afrontar el futuro con esperanza y vivamos en tu amor, ahora y por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios, Padre amoroso:
En este pan y este vino
te presentamos nuestra ofrenda
de este nuevo año.
Por mediación de la plegaria de la Madre de Dios,
cuya fiesta hoy celebramos,
danos a tu Hijo, para que esté con nosotros
en esta celebración eucarística
y cada día de este año.

Por él, que se entrega a nosotros,
ayúdanos a compartir nuestra vida
los unos con los otros
cada día que nos das.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús el Señor.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Demos entusiasta acción de gracias y alabanza a Dios nuestro Padre por enviarnos a Jesús, que se hizo hombre en el seno de María Virgen. Que esta eucaristía nos traiga su bendición y nos ofrezca a Jesús para que vaya con nosotros en la vida, hoy y cada día del nuevo año.



Introducción al Padre Nuestro

Movidos por el Espíritu de Jesús,
vivo en nuestros corazones,
rogamos a nuestro Padre del cielo
con las palabras del mismo Jesús.
R/ Padre nuestro…

Líbranos, Señor

Señor, líbranos en este nuevo año
de todo mal, especialmente del pecado,
y danos a nosotros y a todo el mundo
tu paz duradera y digna de fiar.
Danos tu amor compresivo
y tu infinito respeto por los otros,
para que, en justicia y bondad,
nos preparemos para la definitiva venida entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…

Invitación a la Comunión

Este es Jesucristo, el Señor,
nacido de la Virgen Madre, María.
Él viene para ser

nuestro “Dios-con-nosotros”,
nuestro Salvador,
y para crecer constantemente en nosotros.
Dichosos todos los invitados
a la mesa del Señor.
R/ Señor, no soy digno…

Oración después de la Comunión

Señor Dios, Padre amoroso:
Nos has dado en esta eucaristía
a tu Hijo Jesús, como nuestro guía en tu camino de paz,
y a María, su Madre, como nuestro modelo de fe.
Que en este nuevo año que hoy comenzamos
tu gracia sea más fuerte
que nuestra debilidad y egoísmo.
Sigue bendiciéndonos
y que Jesús y María nos inspiren
para que todo lo que digamos y hagamos
te dé gozosa alabanza a ti
y nos lleve con seguridad a la alegría eterna
que has preparado para nosotros,
Te lo pedimos en el nombre de Jesús el Señor.

Bendición para el Año Nuevo

Hermanos: Con María hemos bendecido y alabado al Señor hoy porque ha hecho grandes cosas en favor nuestro en el pasado. Que él siga bendiciéndonos y dándonos su paz: Paz con Dios mismo, paz dentro de nosotros mismos, paz en nuestras familias, paz entre las naciones.

Que este nuevo año sea para todos nosotros un año de gracia, con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Vayan en paz, y feliz Año Nuevo a todos ustedes y a sus familias. Lleven la bendición del Señor con ustedes.

 

En este primer día del año recibimos un llamado a ser forjadores de paz en medio de tantos tipos de violencia que atentan contra la vida en todas sus formas. Nuestra misión y tarea es generar ambientes y actitudes humanas no violentas como testigos de misericordia y reconciliación. El shalom bíblico es un camino de dignificación que hemos de recorrer en comunidad para salir de esas espirales de abuso y maltrato a la vida. Contemplando nuevamente la escena de Belén, y particularmente la presencia de María como Madre, descubrimos el proyecto pacífico que Dios va gestando en ella y en el entorno campesino de Israel. La ternura, empatía y solidaridad sostienen la vida aun en condiciones precarias, sin necesidad de dar cabida al atropello o al despojo. Conservemos y meditemos como María aquellas pequeñas cosas que van dejando una huella positiva y, por el contrario, resignifiquemos las que nos han entristecido. Que este 2024 nos regale infinitas oportunidades de amar y perdonar.

 

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