Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

Un Dios cercano

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Lunes 5 de Febrero, 2024

 

Quinta Semana del Tiempo Ordinario

 

Un Dios tan cercano que lo podemos tocar

 

Oración Colecta

Dios todopoderoso y sanador:

en tu Hijo, Jesucristo, nos has mostrado

lo que significa ser plenamente humano

y le permites llevar a todos los que lo reciben

la curación del perdón y la vida.

Deja que nos toque con sus manos salvadoras

y deja que nos diga su Palabra restauradora

para que nos haga íntegros y libres

y para que, con él, luchemos contra todo mal

y servirte a ti, nuestro Dios vivo

y al pueblo que nos has confiado.

Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.

 

Primera lectura:1 Re 8,1-17.9-13: Llevaron el arca de la alianza al Santísimo y la nube llenó el templo

La Primera Lectura describe el traslado del Arca de la Alianza, morada de Dios, de Sión a Jerusalén, al Templo construido por el rey Salomón. Dios viene a tomar posesión de su templo y promete hacer de él su morada para siempre.

En aquellos días, el rey Salomón convocó en Jerusalén a todos los ancianos y jefes de Israel, para subir allá el arca de la alianza del Señor desde Sión, la ciudad de David. Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón para la fiesta de los tabernáculos, que se celebra el séptimo mes del año. Cuando llegaron los ancianos de Israel, unos sacerdotes cargaron el arca de la alianza, y otros, junto con los levitas, llevaron la tienda de la reunión, con todos los objetos sagrados que en ella había.

El rey Salomón y toda la comunidad de Israel inmolaron frente al arca ovejas y bueyes en tal número, que no se podían ni contar. Llevaron el arca de la alianza del Señor hasta su lugar en el santuario, el lugar santísimo, y la colocaron bajo las figuras de los querubines, de tal modo, que las alas de éstos quedaron cubriendo el arca y las varas que servían para transportarla.

Lo único que había en el arca eran las dos tablas de piedra, que Moisés colocó ahí, cuando el Señor estableció la alianza con los israelitas, a su salida de Egipto.

En cuanto los sacerdotes salieron de aquel sitio sagrado, una nube llenó el templo, y esto les impidió continuar oficiando, porque la gloria del Señor había llenado su templo. Entonces Salomón exclamó: "El Señor dijo que habitaría en una espesa nube. Por eso, Señor, la casa que te he construido con magnificencia, será tu morada".
 

Sal 132: “Levántate, Señor, ven a tu mansión”

R. (8a) Levántate, Señor, y ven con el arca.
Que se hallaba en Efrata nos dijeron;
de Jaar en los campos la encontramos.
Entremos en la tienda del Señor
y a sus pies, adorémoslo, postrados.
R. Levántate, Señor, y ven con el arca.
Levántate, Señor, ven a tu casa;
ven con el arca, poderoso auxilio.
Tus sacerdotes vístanse de gala;
tus fieles, jubilosos, lancen gritos.
Por amor a David, tu servidor,
no apartes la mirada de tu ungido.
R. Levántate, Señor, y ven con el arca.
 

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya.
Jesús proclamaba el Evangelio del Reino
y curaba a la gente de toda enfermedad.
R. Aleluya.
 
 
Evangelio: Mc 6,53-56 Lo tocaban y quedaban curados
En el Nuevo Testamento, el Hijo de Dios se acerca al Pueblo y lo cura de todas sus enfermedades. Ellos reconocen el rostro de Jesús, corren tras él y tocan sus vestidos. Ahora pueden ver y sentir la cercanía y la humanidad de Dios en Jesucristo.
 
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago y tocaron tierra en Genesaret.

Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella región acudían a él, a cualquier parte donde sabían que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos.

A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados.
 

Oración de los Fieles

  • Para que los enfermos y todos los que sufren sientan cómo el Señor Jesús los toca en quienes los acompañan y los cuidan, te pedimos.
  • Para que aumentes nuestra fe y te reconozcamos siempre cercano y dador de Vida, te pedimos.
  • Para que anunciemos a un Dios que salva y sana a todos sin distinciones, te pedimos.
  • Para que los hombres y las mujeres que ayudan a mantener nuestras iglesias ordenadas y limpias y los que ayudan a hacer atractivos nuestros lugares de culto se acerquen al Señor, te pedimos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios todopoderoso:

al presentar ante ti

estos dones de pan y vino,

te damos gracias con Jesús y por medio de él

por la curación que le permites traer a nosotros.

Sigue tocándonos con tus suaves manos

y diciéndonos tus amables palabras

que nos restauran y nos crean de nuevo.

Inspíranos a vivir unos para otros

y para ti, nuestro Dios vivo,

ahora y siempre

por tu Hijo, Jesucristo,

Señor y Dador de Vida.

 

Oración después de la Comunión

Señor, Dios nuestro

dejaste que tu Hijo se hiciera uno de nosotros

y a través de él, puedes comprender plenamente

las penas y las alegrías que experimentamos.

Por la fuerza y la curación, nos ha traído hasta aquí.

Que nos acerquemos los unos a los otros

y compartamos la risa y el dolor de los demás.

Y cuando las palabras nos fallen

estemos cerca de los que sufren

en respetuoso silencio,

por la gracia de aquel que está cerca de nosotros

y nos cura de todos nuestros males,

Jesucristo, nuestro Señor.

 

Bendición

Como personas sanadas por el toque de Jesús, convirtámonos en sanadores los unos de los otros, con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Este relato es catalogado como un sumario de la actividad misionera de Jesús. Asistimos con él a un escenario de vulnerabilidad humana no muy distinto al de nuestro entorno actual. Todo proceso de fe pasa del ver o admirar al palpar o experimentar, hasta llegar a testimoniar o encarnar. Aunque muchas personas buscan a Jesús para sanarse sin comprometerse, otras permanecen con él para convertirse en discípulas; quieren participar de esa experiencia sanadora de Jesús colaborando con su proyecto. Jesús se sabe instrumento de Dios y sabe de dónde le viene la fortaleza y la salud que comparte. El papa Francisco nos llama siempre a la proximidad, a la compasión y a la ternura en contextos donde han ido ganando terreno la indiferencia y indolencia. Recordemos que Jesús, cuando entra en contacto con personas agobiadas por el mal, busca reconstruir su dignidad y reincorporarlas a la comunidad. ¿Hasta dónde, como Iglesia, nos hemos dejado conmover entrañablamente por las personas empobrecidas, excluidas y enfermas?

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