Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

PASCUA DE RESURRECCIÓN

Description

31 de Marzo, 2024

 

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

 

Resucitados con Cristo

 

Nuevo Pueblo en Cristo Resucitado

 

“Vio y creyó”

 

Reconocieron al Señor al partir el pan

 

Introducción

Hoy encontramos en la eucaristía a Jesús, el Señor resucitado. Este Jesús que fue condenado a muerte, azotado, ridiculizado, coronado de espinas, que recibió burlas y abucheo cuando moría en la cruz, RESUCITÓ, está vivo. Desde ese día Dios nos garantiza que su amor es más fuerte que la muerte.

También nos asegura Dios en este día: “¡Miren a mi Hijo resucitado: Con él ustedes también están ya resucitando de sus penas, soledad, heridas y sufrimiento. Junto con mi Hijo y con el resto de la Iglesia, la misión de ustedes es levantar al pueblo de sus miserias, reavivar su esperanza, alegría y felicidad hasta el día en que resuciten totalmente a la felicidad eterna, que nunca podrá disminuir ni nadie se la puede arrebatar”.

Esto es lo que nos ha dicho el Señor: que seamos instrumentos eficaces de vida y resurrección. Que la alegría de Cristo resucitado ilumine sus rostros con gran resplandor.

 

Saludo

¡Cristo ha resucitado, aleluya!

Con los cristianos de todo el mundo

gritamos este grito de alegría, hoy,

mientras damos gracias a nuestro Padre del cielo

por resucitar a Jesús de entre los muertos.

¡Feliz Pascua de Resurrección a todos ustedes!

Que la paz y la alegría del Señor resucitado

estén con todos ustedes.

 

Acto Penitencial

Cristo venció al pecado y a la muerte.

¿Hemos colaborado eficazmente con él

para alejar de nosotros el mal del pecado?

                           (Pausa)

Señor Jesús, ¡a ti todo honor y toda gloria!

Porque tú eres el primer nacido de entre los muertos.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo Jesús, ¡a ti todo honor y toda gloria!

Porque tu resurrección es una promesa gozosa

de un mundo nuevo.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, ¡a ti toda nuestra gratitud!

Porque tú, con tu nueva vida, eres la esperanza de todos los hombres.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Ten piedad de nosotros, Señor.

Estamos seguros

de que nos perdonas todos nuestros pecados

y de que quieres que vivamos al máximo una nueva vida.

Quédate con nosotros y guíanos hacia adelante

por el camino de la vida eterna.

 

Oración Colecta

Demos gracias al Padre

porque nos ha traído vida y alegría

por medio de Jesús, su Hijo Resucitado.

                        (Pausa)

Oh Dios de vida y amor:

Nos regocijamos hoy porque Jesús ha resucitado

y porque ha comenzado a resucitarnos con él en el bautismo.

Continúa en nosotros el trabajo de resurrección;

álzanos, por encima de nuestras faltas y de nuestra mediocridad,

a la alegría y al amor generoso

para servirte a ti sirviéndonos unos a otros.

Que tu Espíritu nos haga libres

para llevar esperanza y justicia

a todos los que nos rodean,

hasta que nos resucites plenamente

para compartir en tu felicidad sin límite en el cielo.

Te lo pedimos en nombre de Jesús,

nuestro Señor Resucitado,

que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo

por los siglos de los siglos.

 

Primera Lectura (Hch 10,34a.37-43): Testigos de la Resurrección

San Pedro testifica sobre la realidad de la resurrección: Jesús en realidad ha resucitado personalmente y, si creemos en el Señor resucitado, seremos salvados.

 

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.

Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los pecados’’.

 

Salmo Responsorial

Salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23

R. (24) Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno,
porque tu misericordia es eterna.
Diga la casa de Israel:
“Su misericordia es eterna”.

R. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es nuestro orgullo.
No moriré, continuaré viviendo
para contar lo que el Señor ha hecho.

R. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.

R. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
 

Segunda Lectura (Dos opciones)

Resucitados con Cristo (Col 3,1-4)

La resurrección de Cristo ha comenzado ya en nosotros, dice San Pablo. Tenemos que continuar resucitando con él, dejándole que nos libere cada vez más profundamente, para poder participar un día en su gloria plena de resucitado.

 

Hermanos: Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos, juntamente con él.

O bien:

Nuevo Pueblo en Cristo Resucitado (1 Cor 5,6b-8)

No deberíamos permitir que el mal fermente en nosotros, sino más bien debemos fomentar que la nueva vida en Cristo sea el fermento que nos transforme a nosotros y al mundo.


Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.

Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.

 

SECUENCIA

Victimae paschali laudes

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado,
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la vida,
triunfante se levanta.

“¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?’’
“A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Vengan a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí verán los suyos
la gloria de la Pascua’’.

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

 

Aclamación antes del Evangelio

1 Cor 5, 7b-8a

R. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado;
celebremos, pues, la Pascua.
R. Aleluya.

 

Evangelio

”Vio y creyó” [En Misas de día] (Jn 20,1-9)

María Magdalena y los apóstoles estaban contrariados al encontrar la tumba vacía. Pero primero Juan, después los demás, se percataron de que Jesús había resucitado de entre los muertos. Por eso fortalecen ahora nuestra fe en el Señor Resucitado.

El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.

En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.

 

Después de la Homilía, se renuevan las Promesas Bautismales.

 

Oración de los Fieles

En este día de la resurrección del Señor celebramos su y nuestra nueva vida de resucitados. Roguemos al Señor de la vida y digamos: R/ Señor Resucitado, renuévanos con tu nueva vida.

  • Señor Resucitado, llena a tu Iglesia hasta rebosar con una fe profunda en tu resurrección, para que todos los miembros de tu nuevo pueblo estén vivos y radiantes con la alegría de ver lo rica y significativa que es su vida ahora, iluminada por ti, y así te decimos.
  • Señor Resucitado, te rogamos por todos los recién bautizados, para que la nueva vida que han recibido en Pascua siga creciendo en ellos y sea para ellos fuente constante de inspiración, y así te decimos.
  • Señor Resucitado, te rogamos por los que raramente vienen a la iglesia, y por los que han perdido totalmente el camino hacia tu comunidad, para que la fiesta de Pascua sea para ellos como una invitación a renovar su fe y su vida en ti, y así te decimos.
  • Señor Resucitado, te rogamos por todos los perseguidos, por los que sufren a causa de injusticia y de enfermedad, para que escuches sus gritos pidiendo liberación, para que con tu poder los levantes de sus penas, dolores y pesares, y así te decimos.
  • Señor Resucitado, te rogamos por todos nuestros seres queridos difuntos, para que participen ahora en la vida y en la alegría que tú prometiste a los que creen en ti, y así te decimos.
  • Señor Resucitado, te rogamos por todos nosotros, para que la alegría que experimentó la Virgen María a la vista de su Hijo resucitado haga profundizar nuestra fe en la resurrección y llene nuestras vidas con la paz que la Pascua nos da, y así te decimos.

Señor Jesús, glorioso y resucitado, en ti la vida y el amor fueron más fuertes que la muerte. Que tu vida en nosotros nos traiga luz, perdón y alegría, ahora y por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Oh Padre, fuente de vida:

Celebramos juntos nuestra nueva vida

en torno a la mesa de tu Hijo

y te la ofrecemos con él.

Acepta nuestra alegría y nuestra acción de gracias,

y que su vida y amor

crezca cada día en nosotros

y en la comunidad que él salvó.

Que el poder de su resurrección actúe en nosotros

para alzar y animar

a nuestros hermanos y hermanas que sufren.

Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Con profunda gratitud y alegría demos gracias al Padre, porque nos ha salvado y nos ha hecho nuevos por la muerte y resurrección de Jesús.

 

Introducción al Padre Nuestro

Como hijos e hijas del Padre, hechos tales

gracias a la muerte y resurrección de Jesús,

recitémosle juntos la oración

que aprendimos de nuestro Señor resucitado.

R/ Padre nuestro…

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males

y danos en nuestros días

la paz que nuestro Señor Jesús

ofreció a los apóstoles en la noche de Pascua.

Para que pertenezcamos a tu nuevo pueblo,

guárdanos libres del pecado

y fortalécenos en las pruebas de la vida.

Ya ahora, en esta vida, esperamos la felicidad

de los que han resucitado con tu Hijo,

y estamos seguros de la venida gloriosa

de tu mismo Hijo Vivo, Jesucristo nuestro Señor.

R/ Tuyo es el reino…

 

Invitación a la Comunión

Éste es el Señor Resucitado,

nuestro Cordero Pascual sacrificado,

pero que recibió nueva vida.

Con fe en él, aceptemos su invitación

para comer este pan que nos da vida.

R/ Señor, no soy digno…

 

Oración después de la Comunión

Padre bondadoso:

Lo hemos oído hoy:

Hemos vuelto a la vida por medio de Jesús,

y hemos comido en esta mesa

el alimento de la resurrección y la vida.

Por tu Santo Espíritu, guárdanos siempre fieles

a nuestras promesas bautismales;

haz contagiosos nuestra alegría y amor;

haz que seamos tu nuevo pueblo;

y resucítanos en el último día

con Jesús, tu Hijo glorioso,

porque él es nuestro Señor y Salvador

por los siglos de los siglos.

 

Bendición

Hermanos: Cristo, resucitando de entre los muertos, nos ha hecho a todos nuevos. Que ojalá sepamos vivir como personas resucitadas después de encontrar al Señor en su Palabra, en la Mesa eucarística, y en nuestros hermanos. Que ojalá sepamos llevar su vida y esperanza a todos los que nos rodean. Y que Dios todopoderoso los bendiga a todos con su fuerza, su compasión y su amor generoso: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

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