Miércoles 5 de Junio de 2024
Novena Semana en Tiempo Ordinario
DIOS DE VIVOS, NO DE MUERTOS
Oración Colecta
Señor, tú eres el Dios vivo
y el Dios de la alianza de la vida,
del amor leal.
Guárdanos en tu amor
y guarda la promesa de vida
que nos has dado por medio
de tu Hijo Jesucristo.
Que su vida brote en nosotros a borbotones,
fuerte y con plena riqueza,
hasta que florezca y dé
frutos ubérrimos de vida eterna.
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
nuestro Señor.
Primera Lectura: 2 Timoteo 1,3.6-12: Aviva el fuego de la gracias de Dios que recibiste
Durante varios días vamos a escuchar extractos de la segunda carta de San Pablo a Timoteo. Se le adjudica esta carta a Pablo, pero probablemente fue escrita por su discípulo o escriba. La carta insiste en el papel, tanto de los sacerdotes como de los laicos, de servir sin miedo al evangelio.
Evangelio: Marcos 12,18-27: No es Dios de muertos, sino de vivos
Jesús sostiene la resurrección de los muertos. Dios es un Dios de vivos; no hace promesas en vano. Su Resurrección, el centro de nuestra fe, es garantía de la nuestra.
En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete”.
Jesús les contestó: “Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están, pues, muy equivocados”.
Oración de los Fieles
Oración sobre las Ofrendas
Dios y Señor nuestro,
tu Hijo Jesucristo nos trajo
la Buena Noticia de vida e inmortalidad.
Que, por medio de tu Espíritu Santo,
Espíritu de poder y de vida,
este pan y este vino se conviertan
en el Cuerpo y en la Sangre de tu Hijo,
para que nosotros venzamos a la muerte
con Jesús y vivamos su vida de resucitado
hasta que nos llames a participar
en la plenitud de tu gloria y felicidad,
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios de los vivos:
por la fuerza de esta eucaristía,
aviva en nosotros la llama de tus dones.
Cámbianos –tímidos como somos–
en miembros valientes de tu Iglesia,
llenos de vida, audaces,
sin miedo ni vergüenza
para dar testimonio
ante todos los que quieran ver y oír
tu Buena Noticia acerca
de nuestro Señor Jesucristo,
Hijo tuyo y Salvador nuestro,
por los siglos de los siglos.
Bendición
Algunos grupos de la primitiva comunidad cristiana se llamaban a sí mismos “Los Vivientes”. Que nuestra fe y nuestra participación en la resurrección de Cristo nos hagan a nosotros “Pueblo vivo”, siempre a favor de la vida. Que Dios los bendiga, el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo.