Liturgia viva

El calendario litúrgico anual

16 Domingo Tiempo Ordinario

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Domingo 21 de Julio de 2024

 

DÉCIMOSEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

 

Dios, compasivo como una madre

 

Un pastor bueno que se preocupa

 

Saludo (Ver Segunda Lectura)

Jesús vino a nosotros y trajo la Buena Noticia de la paz:

paz para los de lejos y paz también para ustedes, los de cerca.Que esa paz esté siempre con ustedes.

 

Introducción

 

1. Dios, compasivo como una Madre

¡Qué lástima que nuestro mundo se vuelva tan duro, tan sin corazón, que suprima la compasión y se deshaga de la misericordia! En las lecturas de hoy escuchamos la Buena Noticia de que Dios se preocupa de nosotros y nos cuida con un amor más profundo, e incluso más tierno, que el de una madre por el hijo de sus entrañas a quien dio vida. Dios se hace particularmente cercano a los que más lo necesitan: los débiles, los que sufren, los que no cuentan para nada. Éste es el amor que Dios Padre nos mostró en Jesús; éste es el amor al que nos invita el mismo Jesús para acercarnos a los hermanos, para hacernos sus “próximos”, sus prójimos: un amor profundo, tierno, constante, duradero, sin miedo a mostrarlo a los demás. Pidamos a Jesús, que está aquí con nosotros en la eucaristía, que comparta con nosotros ese su amor entregado y compasivo.

 

2. Un pastor bueno que se preocupa

Hay ocasiones en las que intuimos instintivamente que una persona se siente muy cercana a nosotros, que nos entiende, que siente empatía y simpatiza con nosotros, aun cuando nos digamos pocas palabras. Así era Jesús, identificado con el pueblo, uno de ellos, sintiendo con ellos, percatándose de sus necesidades sin que nadie se las dictara, percibiendo incluso las necesidades ocultas y espirituales, las del corazón.

 Así es cómo Jesús siente por nosotros. El evangelio de hoy nos expresa esto por medio de la imagen del buen pastor que cuida de sus ovejas. Estamos nosotros ahora reunidos en torno a él y nos abandonamos a él. Aprendamos de él a cuidarnos los unos de los otros.

 

Acto Penitencial

Aun cuando nos olvidamos de Dios,

aun cuando pecamos,

estamos seguros de que él nos guarda en su Amor.

Pidámosle al Señor que nos perdone.

                        (Pausa)

Señor Jesús, tú amaste a la gente en el pasado,

y ahora tú nos amas a todos con un amor

amable y compasivo.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tú sabes qué es lo que más necesitamos

como humanos: una palabra de acogida y de ánimo,

un gesto de aceptación, de afecto, de perdón.

 Cristo, ten piedad de nosotros.

R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

 

Señor Jesús, tú puedes cambiarnos

y hacernos semejantes a ti mismo,

que fuiste compasivo y sanador,

generoso y misericordioso.

R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Tú, Señor, nos has mostrado tu perdón y misericordia; haz que sepamos llevar ese mismo amor a todos los que hoy encontremos en nuestro camino. Y que el Señor nos lleve a la vida eterna.

 

Oración Colecta

Roguemos para que el Señor,

Dios misericordioso y compasivo,

nos acoja bondadosamente a nosotros y a nuestros seres queridos.

            (Pausa)

Oh Dios de bondad:

Tu Hijo Jesús nos ha revelado

que tu Amor hacia nosotros

es más tierno, cálido y compasivo

que el de cualquier madre para con sus hijos.

Hazte cercano a los que andan heridos por la vida;

preocúpate por todos los débiles y pequeños,

los pisoteados y oprimidos.

Danos la gracia de que todos los que seguimos a Cristo

sepamos sanar, comunicar vida y perdonar.

Que sepamos hacernos a nosotros mismos

pan nutritivo para todos los hambrientos

con hambre material o espiritual.

Que sepamos cuidarnos los unos a los otros

como tú nos cuidas a todos

por medio de Jesucristo,

Hijo tuyo y Señor nuestro,

que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Primera lectura: Jeremías 23,1-6: Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores

"¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor.

Por eso habló así el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: "Ustedes han rechazado y dispersado a mis ovejas y no las han cuidado. Yo me encargaré de castigar la maldad de las acciones de ustedes. Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas de todos los países a donde las había expulsado y las volveré a traer a sus pastos, para que ahí crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las apacienten. Ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá.

Miren: Viene un tiempo, dice el Señor,
en que haré surgir un renuevo en el tronco de David:
será un rey justo y prudente
y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia.
En sus días será puesto a salvo Judá,
Israel habitará confiadamente
y a él lo llamarán con este nombre:
'El Señor es nuestra justicia' ".
 

Salmo Responsorial

Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5.6.
R. (1) El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.  
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume,
y llenas mi copa hasta los bordes.  
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañaran
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Segunda lectura: Efesios 2,13-18: Él es nuestra paz que ha hecho de judíos y gentiles una sola raza


Hermanos: Ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo.

Porque él es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.

Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca.

Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.
 

Aclamación antes del Evangelio

Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor;
yo las conozco y ellas me siguen.
R. Aleluya.
 

Evangelio: Marcos 6,30-34: Andaban como ovejas sin pastor

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: "Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco", porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

 

Oración de los Fieles

Oremos a nuestro Dios, paciente y misericordioso, para que la compasión y la misericordia nunca desaparezcan de nuestro mundo, y digamos: R/ Señor, ten piedad de tu Pueblo.

 

  • Señor, te pedimos para que la Iglesia sea indulgente, paciente y compasiva con los que yerran; que sea una Iglesia que les dé tiempo y ayuda para cambiar y arrepentirse; por eso te decimos
  • Señor, te pedimos que des a tu Iglesia pastores compasivos, que siempre, pero sobre todo en el sacramento de la Reconciliación, nos muestren claramente tu infinita paciencia y misericordia; por eso te decimos
  • Señor, te pedimos por una sociedad que sea sensible y compasiva, que cuide a los necesitados, que trate de eliminar estructuras sociales injustas, y haga que sus leyes y su sistema judicial administren la justicia igualmente para todos, sin discriminación alguna; por eso te decimos…
  • Señor, te pedimos que nos hagas compasivos; que sepamos llevar tu misericordia y tu amor a los enfermos y a los ancianos, a los huérfanos y a las viudas, a los desalentados y a los moribundos; por eso te decimos
  • Señor, participa tu compasión a nuestras comunidades. Que, como tú, veamos y seamos sensibles a las necesidades de los hermanos sin que nadie nos lo pida. Que de manera discreta y amable intentemos aliviar las cargas pesadas de los que sufren; por eso te decimos…
  • Señor, sé compasivo y paciente con nosotros cuando hayamos pecado; y restáuranos a tu gracia y a tu amor; por eso te decimos…

 Señor, tú eres un Dios atento a las necesidades y a la felicidad de la gente. Que el Espíritu Santo nos dé corazones llenos de compasión como el corazón de Jesús, Buen Pastor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

 

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro, Padre compasivo:

En estos signos de pan y vino

acogemos a tu Hijo Jesucristo

como nuestro Buen Pastor

que dio la vida por nosotros

para dar sentido y dirección a nuestras vidas.

Danos la certeza de que él conoce bien

nuestros cansancios y miserias,

nuestras satisfacciones y alegrías,

que escucha cuando nos volvemos a él,

que está presente cuando lo necesitamos.

Porque él es nuestro Buen Pastor y Señor

ahora y por los siglos de los siglos.

 

Introducción a la Plegaria Eucarística

Por medio de Jesús y con Jesús, nuestro Buen Pastor, demos gracias a nuestro Padre en el cielo porque se preocupa, cuida de nosotros y nos guía por medio de su mismo Hijo.

 

Invitación al Padre Nuestro

Dios es un Dios que cuida de nosotros

 Llenos de confianza, nos dirigimos a él en oración,

unidos a Jesús, nuestro Buen Pastor.

R/ Padre nuestro...

 

Líbranos, Señor

Líbranos, Señor, de todos los males

y concédenos la paz en nuestros días.

Líbranos de andar por la vida

sin dirección, a la deriva.

Reúnenos a todos en fraternidad

y haznos pastores los unos de los otros,

mientras esperamos con alegría

la venida gloriosa

de nuestro Pastor y Salvador, Jesucristo.

R/Tuyo es el Reino…

 

Saludo de Paz

Jesús es nuestra paz para con el Padre y con los hermanos.

Que su paz esté siempre con ustedes.

 

Invitación a la comunión

Este es Jesucristo, el Buen Pastor,

que nos conoce por nuestro nombre

y dio su vida por nosotros.

Él nos reúne a todos en su banquete

y nos da su Cuerpo como alimento

para que permanezcamos unidos como Pueblo suyo.

Dichosos nosotros, invitados a la mesa del Señor.

R/ Señor, no soy digno...

 

Oración después de la Comunión

 

1. Oración de Confianza (F. Cromphout)

omo acción de gracias, el monitor, u otro lector cualificado, lee despacio esta oración. Después, el celebrante concluye con la Oración propia.

 

Oh Dios, tú eres siempre mayor de lo que osamos imaginar.

Tú haces constantemente cosas nuevas e inauditas.

Cuando el mundo se desmorona en torno a nosotros,

tú realizas una nueva creación.

Haznos atentos a tu acción en este tiempo,

para que no permanezcamos quietos y embobados

mirando encandilados al pasado,

y para que no te busquemos

donde en realidad tú no estás

y no podremos encontrarte.

Camina como guía delante de nosotros,

tú que eres nuestro futuro.

Ayúdanos a encontrar nuevos caminos

hacia ti y hacia cada uno de los hermanos,

y a caminar agarrados de la mano

en nuestras vacilaciones e inseguridades.

Danos la firme certeza

de que hoy tu poder está todavía activo

y que tú sigues renovando el mundo

por medio de Jesucristo nuestro Señor.

 

2. Oración propia

Dios y Padre nuestro:

Te damos gracias de todo corazón

por habernos dado un guía seguro,

alguien que sabe a dónde nos conduce:

tu Hijo Jesucristo.

Sigue dando a la Iglesia de hoy

pastores a imagen y semejanza de Jesús:

Que estén llenos de clara visión y de compasión,

sensibles a la gente y a sus necesidades,

abiertos al gran potencial y a las exigencias

del Evangelio y de nuestro tiempo;

que sean verdaderos pastores

según el corazón de Dios.

Te lo pedimos en nombre del mismo Jesucristo

nuestro Señor.

 

Bendición

Un mundo sin compasión o misericordia es un mundo con poco espacio para Dios. Que nuestras comunidades reflejen la compasión de Jesucristo nuestro Señor. Que él nos haga atentos a las necesidades de los otros, tanto materiales como espirituales, porque Dios nos ha encomendado cuidarnos los unos de los otros. Que la bendición del Dios amable y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes.

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